verás en tu camino, a cada lado,
al prójimo infeliz, necesitado
de consejo, de pan o de alegría.
Rayo de luz serás en noche umbría,
si calmas la aflicción del desgraciado,
si das pan al hambriento, y con agrado
al ignorante das sabiduría.
Al prodigar consuelo a los que gimen,
o al conceder socorro a la indigencia,
evitas mucho mal, tal vez el crimen.
Y verás de tu vida la excelencia,
a pesar de los males que la oprimen,
cumpliendo tus deberes a conciencia.
Extraído del libro “Versos para niños”, año 1928
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