Aguarda la barca
varada en la arena,
no rema el barquero
ahogado en su pena.
Es la tristeza su pasajera,
partió la niña, su compañera,
sus remos lloran, en el olvido
aguardan el canto de la sirena.
Alienta su espera
el vuelo de la gaviota,
sueña su regreso
con el alma rota.
Sueña despierto,
que la mar en calma
le devuelva a su niña,
y botar la barca.
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