sábado, 2 de agosto de 2014

Yo también puedo escribir los versos más tristes esta noche - Por Lenin Salas- Ecuador

Yo también puedo escribir los versos más tristes esta noche,
con astros que tiritan mientras mueren los sueños
detrás de montañas gigantes, vestidas de hielo,
donde el viento abrasante ampara penuria y desvelo.

Porque supe en sus brazos enjuagar mis desvelos,
y asirme a su cuerpo, en caricias envuelto,
para verla partir, lejana en el tiempo,
a la zaga la aurora, que rompió nuestros sueños.

Yo la quise, ha dicho el poeta, entre versos y versos,
pero era la angustia, el saber que la quiero,
madrugadas tristes que visten recuerdos,
de un amor sembrado en corazones de hierro.

Por eso en las noches, estrelladas del cielo,
mil gitanos se agitan en mi embrollado cerebro,
evadiendo las horas que viven adentro,
hurgando mi vida, sus hondos recuerdos.

Aquellas palabras, de amor, de contento,
cuyo pan lo comimos, con vino del bueno,
se convierte en vinagre a raíz de los yerros,
en las horas malditas, que ella anida mi pecho.

Ahora los buitres que danzan al fuego,
con la hiena blasfema de saña y empeño,
son los afligidos versos que escribo en el tiempo,
para hacer de la herida, un caudal de veneno.

Aunque mi alma se alegra el que haya partido,
a la postre de sus besos, murieron los míos,
ahora en la noche, desnudo y dolido,
tirito y centello, como astro perdido.

El ciclo se cumple, aquí y en el firmamento,
mañana erguirá otro tiempo de sueños,
retoñaré con la aurora, como un hombre nuevo
y moriré en la noche, con pesar eterno.

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