Perdida su mirada
en la lejanía de sus recuerdos,
su alma sedienta buscaba
con ansia convulsiva.
Pretendía sentirse liviano
en su soledad pactada
como última y única dignidad
del ser humano…
Los acontecimientos decisivos
maduran con el tiempo…
ya no podía vivir sin ella,
dominó sus sueños,
se metió bajo su piel
desde el instante en que la vio.
Cuesta hacerse a la idea
de la desesperanza…
sin remedio para la soledad
de su existencia.
La miraba con mirada abierta…
siempre la misma pregunta,
siempre la misma respuesta
¡vivir con ella!
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