sábado, 24 de octubre de 2015

Poema Por FEDERICO PELTZER

Algunas veces
una mujer y un hombre
sus cuerpos que son ellos
tienen la desnudez del viento sobre el agua,
simplicidad de siembras,
complejidad de árboles y nubes.
Se enlazan, se entrelazan
como ramas ardidas en la sombra,
se siembran como granos elegidos.
se matan come ríos en el mar.
Entonces
todo parece fácil,
hasta bueno
y. van diciendo quienes tanto miran:
"El mundo es el espejo
de la mano de Dios".
Alguna vez nosotros
así damos las gracias y un espejo
guarda quizás .esa sombra, esa evidencia
irrepetible,
luz de luz que no vuelve
ni pasa,
el hoy de la verdad.

De "La Prensa" Buenos Aires, 1977.

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