sábado, 28 de noviembre de 2015

Canción sin sentido - Por RABINDRANATH TAGORE

         Ay! ¿Quién pintó tu trajecillo, hija mía, quién le puso a tu dulce cuerpecito ese vestido grande? Esta mañana, tambaleándote y tropezando en tu correr, saliste a jugar al patio. Pero, di, ¿quién te pintó el trajecillo, hija mía?
Di, ¿qué es lo que te hace a ti reír, capullito de mi vida? Tu madre te sonríe de pie en el umbral; toca las palmas y sus brazaletes repiquetean. Y tú bailas con tu caña de bambú en la mano, pastorcilla mía. Pero ¿qué es lo que te hace a ti reír, capullito de mi vida?
Pedigüeña, ¿qué me quieres colgada así a mi cuello, con las dos manos? ¿Qué es, di, lo que pides?
Alegre, el viento se lleva el retintín de las campanitas de las ajorcas de tus tobillos. Sonríe el sol y te mira cuando te vistes. El cielo te vela mientras duermes en brazos de tu madre, y la mañana viene de puntillas a tu cuna a besarte los ojos. El viento gozoso se lleva el retintín de las campanitas de las ajorcas de tus tobillos.
El hada - madrina de los sueños - llega en el cielo crepuscular volando hasta ti. Todo el sentimiento material del mundo está contigo, en el corazón de tu madre. Al pie de tu ventana toca su flauta el cantor de las estrellas.
Y el hada - madrina dé los sueños - viene en el sueño crepuscular velando hasta ti.

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