Yo soy una emoción a toda hora,
una viva inquietud, una armoniosa
emoción que se ignora.
Murió en mi carne el pobre "yo" egoísta,
con todo afán de gloria y de riqueza.
Puedo decirlo: soy una conquista
de la naturaleza.
Ante el mundo me abrigan tres virtudes:
hondo consuelo para las tristezas,
ágil ensueño para excelsitudes,
perdón y olvido para las flaquezas.
Ante mis ojos ábrense dos rutas
atormentadas por fugaces tiznes:
el Amor, con sus ansias absolutas,
la Verdad, con el cuello de sus cisnes.
Y seré lo que soy, siempre y ahora,
sobre el dolor del angustiado viaje:
una emoción viviente que se ignora,
un cantar armonioso ante el paisaje.
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