domingo, 11 de septiembre de 2016

Mi mestiza Por Jaime Dávalos

Carne de greda inocente,
siempre recuerdo tu piel,
tengo las manos untadas
con la mansedumbre de tu desnudez.

Barro caliente tu boca
con su gustito de miel,
la soledad de los montes
se entrega al besarte, desnuda también.

Cuando madura la luna
en la flor del alfalfar,
el viento tiembla en los sauces
y mi sangre sola te empieza a nombrar.
Deja que llore tu ausencia
mientras la tarde se va,
porque me acosa la noche
por los cuatro rumbos de la soledad.

Toda torneada de arcilla
te doran las lunas rituales y el sol.
indios y moros forjaron
tu piel que es imperio del sueño español.

No hay comentarios:

Publicar un comentario