sábado, 23 de noviembre de 2019

Amor a los libros - Por Valentina Galbán, alumna de 3° 2° de la E.E.S.N° 3 “Carmelo Sánchez”

       Hay ciertos amores inexplicables, seguramente conoces a alguno, generalmente este tipo de amor suele ser más dirigido hacia personas, sin embargo ¿Alguna vez te imaginaste amando un objeto tan común y corriente como un libro? Suena raro, pero te sorprendería saber la cantidad de cosas que pueden salir mediante las palabras, es sorprendente, la cantidad de alegría, tristeza, angustia y odio que atraviesa al lector mientras se interna en sus historias.
      ¡Cómo puede ser que leer pueda ocasionar varias reacciones! Tal parece ser el caso de aquellas personas que no se dan el lujo de disfrutar lo que un par de páginas pueden producir.
Esto va más allá “No juzgues un libro por su portada”, es directamente “No juzgues a una persona por leer”. Es una lástima, nunca voy a entender por qué últimamente la Juventud se priva del placer de leer mediante simples, sencillos y mediocres argumentos, tales como: la duración (generalmente influye más un libro largo que uno corto); el tema; la apariencia del mismo, de ahí la frase “No juzgues un libro por su portada”. O sino por una cuestión de moda, es decir, hoy en día según la federación de Gremios de Editores de España: “Sólo el 44,7% de chicas y chicos, entre 15 y 18 años, leen de manera habitual. El porcentaje de lectores entre los 10 y 14 años es del 70,8%”, y pueden ser razones realmente tontas, por ejemplo: si un adolescente se la pasa la mayoría del tiempo libre leyendo, es un “anti”, un aburrido, un traga o se le asignan otros apodos denigrantes para un ser humano. ¡Una lástima!
   Pero gustos son gustos, y nadie puede obligar a la otra persona a hacer algo o criticarlo por hacerlo, hay que respetar y ser respetado. Porque habla muy mal de alguien tratar mal a una persona por hacer algo tan lindo y común como leer. Si estás dentro de este porcentaje de personas que no se anima a disfrutar de este placer, déjame decirte algo: el no ya lo tenes, no creas que esto es una pérdida de tiempo, porque quizás sea uno de los errores que alguna vez vallas a cometer, esto recién lo vas a entender el día que estés leyendo y que sin querer y sin darte cuenta estés derramando una lágrima, riéndote o enojándote. Porque puede ser que leer hoy te parezca una tontería y que no lo entiendas, pero no podés entender algo hasta que lo vivas en “letras propias”.

1 comentario:

  1. Excelente reflexión. Aplausos para Valentina y sus papás que inculcan este tipo de práctica milenaria (la lectura)

    ResponderEliminar