La niña sale de compras,
de compras sale la niña;
porque ella sale de compras
se pone más lindo el, día.
Las calles de Buenos Aires
la esperan en las esquinas
y la saludan al paso
con impacientes bocinas,
mientras muelen con el freno,
su lentitud, los tranvías.
Ella va de tienda en tienda,
(¿Qué busca?. . . ¿Qué necesita?. . .)
pregunta el precio de todo,
revuelve las mercerías,
y al azar de su capricho
toda la ciudad se agita,
tiembla el comercio y la industria
y el tránsito se complica.
A la hora del regreso,
por el cansancio encendida,
la niña vuelve de compras
con medio metro de cinta.
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