sábado, 14 de diciembre de 2013

Madrigal desesperado Por José García Nieto

El silencio es un lobo
solitario y en guardia.

que se nutre un momento
sólo de mis pisadas.

El  silencio es un árbol
derribado y sin ramas

que señala ese punto
donde la tierra acaba.

Donde están nuestros besos
cuando ya no son nada;

donde estarán las manos
con que te acariciaba,
donde irán con tu olvido
a morir mis palabras.

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