"Era una isla extraña, donde había
una tropa de blancos elefantes. . ."
Y la abuela al enfermo repetía
este cuento de viejos navegantes.
- Cuéntamelo otra vez, abuela mía,-
rogábale con mimos suplicante:
y empezaba otra vez la abuela: "Había
una tropa de blancos elefantes.
Y en brazos de la abuela viejecita,
el enfermo de rubia cabecita
devorado por fiebres delirantes,
moría en una tarde desolada,
llevando en sus pupilas reflejada
la visión de los blancos elefantes.
Gracias por traernos este recuerdo! Mi madrina me pidió que lo busque, y me contó que le hicieron estudiar este verso de memoria cuando sólo tenia....7 años!!!! No les parece muy triste este relato para un niño? Gracias otra vez, saludos.
ResponderEliminarME LO CONTABA MI TIA ABUELA CDO. ERA MUY CHICA.
ResponderEliminarRECORDE SIEMPRE EL FINAL.
LO BUSQUE DURANTE AÑOS Y AHORA LO RECUPERO.
GRACIAS!!!
Me lo contaba mi madre cuando yo era muy pequeña.
ResponderEliminarGRACIAS!!!! Como el resto por mucho tiempo lo anduve buscando y hoy de buenas a primeras aparece, comparten un tesoro GRACIAS. Yo no puedo dejar de ver reflejado este relato en las pupilas de mi anciana abuela, pese a que los entrecerraba por la emoción.
ResponderEliminarMi madre me lo recitaba todos los días, entre otros poemas y, si, era muy triste para una niña. Pero logro que lo aprendiera de memoria. Como logro que en Toledo cruzara el Tajo para ir a la Ermita del libro de Zorrilla, A buen Juez mejor testigo. Y cuando entre a la ermita y vi el Cristo con su mano desclavada y colgando, la emoción fue increíble.
ResponderEliminarLo aprendí en el colegio cuando cuzaba cuarto grado,estudiábamos declamación hu tengo 74 años y lo recuerdo como si fuera ayer
ResponderEliminarBella poesía,la estudie en clases de declamación en cuarto grado en el colegio del Huerto y a los 74 años lo recuerdo como si fuera ayer
ResponderEliminarGracias por subir esta poesia. Mi mama me la recitaba frecuentemente cuando yo era niña
ResponderEliminar