es escaso homenaje a tu hermosura,
tus sierras son bellísima pintura
que al verlas la garganta se hace nudo.
El cielo más que nunca es claro y puro.
Como un río que pasa y que murmura,
agua y aire son música y frescura.
La gente que te habita, no lo dudo,
es cordial y sincera y su medida
estriba en la humildad no en la arrogancia.
De chilca y gramínea va la vida,
de rosas y glicinas y de infancia
que juega por la plaza a la escondida
y trasciende su risa la distancia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario