sábado, 21 de febrero de 2015

Balcarce Por Ana María Broglio

San José de Balcarce mi saludo
es escaso homenaje a tu hermosura,
tus sierras son bellísima pintura
que al verlas la garganta se hace nudo.

El cielo más que nunca es claro y puro.
Como un río que pasa y que murmura,
agua  y aire son música y frescura.
La gente que te habita, no lo dudo,

es cordial y sincera  y su medida
estriba en la humildad no en la arrogancia.
De chilca y gramínea va la vida,

de rosas y glicinas y de infancia
que juega por la plaza a la escondida
y trasciende su risa la distancia.

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