(Hasta siempre compañera, descansa en paz)
El alba se despierta en cálido paisaje
un sereno y naciente albor se abre aterido
matizado en rojizo, de encanto indefinido
óleo de mezclados rubores, homenaje.
Mis pasos van sin rumbo vagan, viendo el paraje
un arroyuelo plácido, va bañándose fluido
el sol cruza los cristales moviéndose y herido,
en el perpendicular rayo claro, salvaje.
Una vasta belleza se le rinde al sentido
Y tan grande no existe, seductor, relajante
se abre lo idealizado al embrujo translúcido.
En mágica escalera de terciopelo y ante,
y tú Madre, desciende, bésame mi sentido,
nunca te fuiste, vives en mi más grande instante.
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