Van los barcos cruzando el horizonte.
Yo los miro con ojos de viajero
será porque me siento marinero
y alguna vez soñé ser polizonte.
Suena a magia, a música, a un sinsonte
y es como un espejismo verdadero.
Sé que en la vida soy un extranjero:
ha de llegar mi día y al remonte
veré venir la nave de las naves.
Capitana de un barco sin regreso,
dueña de mis aciertos y desiertos
navegaré con ella tras las aves.
No llevarán mis huesos contrapeso
y partiré muy lejos, a otros puertos.
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