Yo estoy muerto, tú estás viva
y el viento gime y llora
hace oscilar el bosque y la casa
Y no sólo el pino
sino todos juntos los árboles
en extendida llanura,
como arboladura de veleros,
sobre la superficie de una bahía
Y no por arrogancia,
o por vano furor,
sino para encontrar en la angustia, la palabra,
de un canto de cuna para ti.
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