sábado, 9 de enero de 2016

Concurso literario “Contate un Cuento VIII” - Mención de Honor de la Categoría C: Ana Carolina Massa alumna de EPA Nº701

Peralta, un policía de barrio

     Mire oficial Peralta, ya no puedo más con todo esto, me está asfixiando, voy a declarar, estoy decidido.
    Todo comenzó una tardecita de verano cuando el sol lentamente dejaba caer sus rayos que apenas atravesaban la persiana de la ventana del salón; y ahí fue cuando la vi por primera vez, ¡qué atractiva e interesante me pareció esa compañera nueva!  Como usted imaginará: al poco tiempo nos enamoramos perdidamente uno del otro;  y fueron pasando los años hasta que llegó el gran día: el de nuestra boda, pero la verdad oficial es que nunca pensé que todo terminaría en esta tragedia.
    Ese día tuve un mal presentimiento pero no le di importancia. Mi novia, Sofía, se encontraba ya con su vestido blanco, largo, muy delicado, bordado con lentejuelas, ¡qué hermosa se veía!, le repito, nunca creí que todo desencadenaría tan trágicamente…
-    ¿Puede ir directamente a los acontecimientos más relevantes,por favor, Gorosito?  dijo el oficial Peralta.
-    Claro, claro, perdóneme estoy muy consternado, sigo relatando…
-     Salí de mi casa con mi traje nuevo directo al auto y al cerrar la puerta alguien puso su brazo sobre mi cuello, y gritó: - ¡no mires y arrancá rápido, apurate, no te des vuelta!. Usted no sabe Peralta, el miedo se apoderó de mi, empecé a conducir sin saber a dónde iba, él me indicaba las calles por donde tenía que ir. De repente, llegamos a una casa que tenía un gran portón negro que se abrió ni bien nos acercamos, en el interior había cuatro hombres armados, abrieron la puerta y con gritos y amenazas de golpes me hicieron  bajar, y me llevaron para adentro de una casa que se encontraba a unos metros, cuando giré vi que había paredones muy altos todo en derredor, y muchas plantas con hombres armados por todos lados. Le aseguro Peralta, que pensé que ese era el fin de mi vida, y que de ahí no iba a salir más.
-    Escuche Gorosito: Me quiere explicar ¿por qué lo secuestraron a Usted y resulta que en la morgue está el cadáver de la pobrecita de su novia?
-    Lo último que recuerdo de ese momento es que estaba parado y de pronto alguien debió golpearme la cabeza y eso me hizo desmayar, porque cuando desperté tenía las manos y los pies atados, estaba muy mareado, me tenían en un cuarto donde había una pequeña abertura por donde penetraba una leve luz. Se escuchaban voces pero no podía reconocerlas, todo era muy confuso. Y así pasaron días, exactamente no sé cuántos, hasta que una noche entró alguien, al principio no pude ver su rostro asique no sabía de quién se trataba, pero cuando empezó a hablarme me llevé una gran sorpresa…¡era mi novia! ¡Sofía!¡ no lo podía creer! ¿Cómo había llegado hasta ahí?.
-    Y entonces, ¿qué le dijo ella? - preguntó el policía.
-    Que hiciera todo lo que me dijeran esos hombres, porque si no me matarían, pero yo quería saber qué hacía ella ahí, y sabe Peralta, la respuesta fue lo peor de toda esta situación, me dijo que ella era parte de esa banda, que enamorarme y ser mi novia era parte del plan. Yo no entendía nada, cada minuto que pasaba, más me confundía, sólo atiné a preguntarle si sentía algo por mí, pero ella muy distante y fría, me repitió que todo era un plan ¡Qué ingenuo había sido! Jamás me había sentido tan estúpido y usado, creo que nunca lo voy a superar.
-    Qué situación, no sé qué decir, lo siento, pero y después: ¿qué sucedió?, ¿cómo pudo escapar?
-    Al otro día, dos hombres entraron al cuarto, uno de ellos era el padre de Sofía, o mejor dicho  alguien de esa banda, el esposo de Sofía era el que lo acompañaba, me dieron ganas de romperle la cara, pero él enseguida me apuntó con un arma y me amenazó con que me mataría sino les entregaba de inmediato un millón de dólares. A mí nadie me quitaba de la cabeza que aunque les diera el dinero, igual me iban a matar, habían pasado muchas cosas entre Sofía y yo durante estos años de noviazgo, asique me negué rotundamente, y luego sólo recibí golpes, insultos y mal trato hasta quedar tendido en el suelo. Cuando recobré la lucidez, me sentía con más ganas de  matarlos, ya no me importaba nada, pero se me ocurrió una idea, entonces llamé al guardia y le dije que trajera a sus jefes, al llegar les hice creer que colaboraría, les daría lo que me pidieran, me hicieron duchar, cambiar de ropa, y me metieron a una camioneta con los ojos tapados, cuando se detuvo la marcha, me quitaron la venda de los ojos y estábamos entrando a mi casa, les tuve que ordenar a mis empleados que nos dejaran solos, que todo estaba bien, que estos hombres me habían ayudado a escapar de unos asaltantes. Claro, Sofía seguía actuando, me acariciaba y me ayudaba a caminar tomándome del brazo, yo ni siquiera podía mirarla, era indignante.
     Cuando llegamos a mi escritorio, Sofía me hizo una seña para que apagara las cámaras, ella sabía todo de mi y de mi casa, entonces desde la computadora apagué sólo esa cámara, lo que ella no sabía era que mi asistente personal, Ramón, tenía un dispositivo y también desde ahí podía controlar las cámaras.
    Ellos me apuraban y me apuntaban con un arma, yo me tomaba todo el tiempo posible, porque sabía que en cualquier momento, Ramón entraría y así fue, habrían pasado unos diez minutos, cuando Ramón y tres hombres más entraron derribando la puerta y les ordenaron que me dejaran libre, pero la desgraciada de Sofía que estaba totalmente sacada, me seguía apuntando en la cabeza, yo le hice una seña a Ramón dándole a entender que la tomaría del brazo y que él se encargaría del resto, así fue, forcejeé con ella y le pude quitar el arma, al mismo tiempo que Ramón y los otros dispararon , ellos cayeron heridos pero no murieron; cuando Sofía vio que su marido cayó manchado con sangre, enloqueció y rápidamente tomó un arma del suelo para asesinarme, y ahí fue cuando Ramón le disparó directo a la frente.
      Sabe una cosa Peralta, a pesar de todo lo que me había hecho esa mujer, tengo que decirle que yo la amaba profundamente, y me pregunto: ¿a pesar del engaño, la traición, la mentira, puede un hombre borrar de su corazón y de su mente ese sentimiento tan fuerte, así como así?... ¿cuál de los dos: el odio o el amor, es más poderoso?...

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