domingo, 30 de abril de 2017

Día bondadoso. Por Gastón Figueira.

Hoy, cuando abrí temprano la ventana
vi entre las flores tantas mariposas,
que creí que danzaban las mil rosas
del jardín, festejando la mañana.

Más tarde, cerca, ya del mediodía,
vagando por los sotos florecidos,
al ver cantar las aves en sus nidos,
cantó también alegre el alma mía.

Ante un limpio crepúsculo silente,
por un instante, me quedé extasiado:
Todo el paisaje pareció inundado
de un polvo de oro fino y reluciente.

Y en el misterio de la noche obscura
me enamoré de una lejana estrella
que me dio la visión alada y pura
de otra vida mejor: más grande y bella...

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