sábado, 1 de septiembre de 2018

POEMAS DE EDGAR ALLAN POE (SELECCIÓN)

ELDORADO (1849)

Brillantemente ataviado, un galante caballero,
viajó largo tiempo al sol y a la sombra,
cantando su canción, a la busca del Eldorado.

Pero llegó a viejo, el animoso caballero,
y sobre su corazón cayó la noche porque en ninguna
parte encontró la tierra del Eldorado.

Y al fin, cuando le faltaron las fuerzas, pudo
hallar una sombra peregrina.Sombra,le
preguntó¿dónde podría estar esa tierra del Eldorado?

«Más allá de las montañas de la Luna,
en el fondo del valle de las sombras; cabalgad,
cabalgad sin descansorespondió la sombra,
si buscáis el Eldorado....».


EL LAGO (1827)

En la primavera de mi juventud, fue mi destino
no frecuentar de todo el vasto mundo
sino un solo lugar que amaba más que todos los otros,
tanta era de amable la soledad de su lago salvaje,
rodeado por negros peñascos y de altos
pinos que dominaban sus alrededores.

Pero cuando la noche tendía su sudario sobre
ese lugar como sobre todas las cosas, y se agregaba
el místico viento murmurando su melodía,
entonces, ¡oh, entonces se despertaba
siempre en mí el terror por ese lago solitario!

Y sin embargo ese terror no era miedo, 
sino una turbación deliciosa, un sentimiento 
que ninguna mina de piedras preciosas podría inspirarme
o convidarme a definir, ni el amor mismo, 
aunque ese amor fuera el tuyo.

La muerte reinaba en el seno de esa onda
envenenada, y en su remolino había una tumba
bien hecha para aquel que pudiera beber en ella 
un consuelo a su imaginación taciturna, 
para aquel cuya alma desamparada pudiera haberse
hecho un Edén de ese lago velado.

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