sábado, 2 de noviembre de 2013

LINYERA. - B. Fernández Moreno.

El cielo está pálido
bajo el sol de fuego.
Cada nube blanca
es un reverbero.

Los trigos maduros,
amarillos, secos,
ondulando en lomas
piérdense a lo lejos.

Contra el horizonte,
verde, casi negro,
un monte se pinta,
oasis en desierto.

Largo es el camino
entre pueblo y pueblo.
Tosca, sal, arena
volando y ardiendo.

Con los pies desnudos,
hambriento y sediento,
el pobre linyera
marcha a pasos lentos.

Pasa un tren sonoro,
un auto violento,
un sulky liviano,
un caballo esbelto,

y el pobre linyera
marcha a pasos lentos.
Ninguno le dice:
- Sube, compañero.

Él no tiene nada
sobre el campo ubérrimo:
ni un mal ternerillo,
ni un grano pequeño.

Sólo tiene leguas
que andar en silencio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario