Vacía está la noche, ya se han ido
el sol, la luna y las estrellas,
el viento, las casas, los jardines,
la calle, la música y las bestias.
Todo lo que existe lo devoró la sombra,
la sombra más oscura, la que jamás recuerda.
Pero tú y yo no estamos en la noche,
porque hay fuego en nuestro altar, y en él la Ofrenda...
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