lunes, 4 de enero de 2016

Y el poema sucedió Por Héctor Fuentes

Cierta vez dije
"te amo" y tu boca
se abrió a la vida
con el estruendo
de un campanario.

Sentí una balsa en tus manos
moviéndome en remolinos,
fundiendo el acero triste
contra dos brazos
relampagueantes.

Un pálpito sube y vuela
hacia la risa de lo más alto.
Llevabas el pelo encendido.
En tus cabellos las chispas
de un fuego despavorido,
la estrella que resplandece
sobre los techos y los navíos.

Es la hora donde todo
se encamina hacia la noche.
Donde las palabras dichas
encallan contra el silencio.
   
Cierta vez dije
"te amo",
y el poema
 sucedió.

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