Había una vez, dos chicos muy valientes que se llamaban Luz
y Nicolás, un día viajaron a Lorix, una ciudad perdida, ellos pensaban que a la
ciudad la habitaban personas con mucha tecnología, pero cuando llegaron no se
encontraron con lo que ellos pensaban pero no con personas sino que con frutas
¡Así es frutas! -¿¡Qué!? Se preguntó Luz
Nicolás: pero, ¿Qué pasó?
Luz: No lo sé Nico….¡Espera! ¿Qué? Dijo Nicolás ¡Hay una
fruta con ojos! Nicolás la vio con mucho miedo ¡Si es cierto! Dijo Nicolás.
Entonces siguieron a la fruta (que era una frutilla) Se metió en una
cueva que por afuera daba miedo, ellos también se metieron, y se dieron una
sorpresa muy grande, lo que daba miedo en realidad era ¡Una ciudad de frutas!
Ellos se quedaron sorprendidos, de repente apareció una manzanita bebe (se
llamaba Pequeteca) Que les mostró la pequeña ciudad y a los habitantes. Los
miraban, pero ellos no sabían si comerlos o también mirarlos. Nico y Luz
observaban a las frutas como murmuraban entre ellas. Las frutas no les querían
hablar porque tenían miedo de que los chicos los comieran, pero al ver que los
chicos no los iban a comer, las frutas se empezaron a acercar a Nicolás y Luz y
al ver que los chicos no le hacían nada, todos empezaron a reír. Desde ese día
los chicos van a visitarlos todos los días en la ciudad perdida, y solo saben
ir ellos dos a la ciudad perdida de Lorix
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