Carpintero, haz un féretro pequeño
de madera olorosa,
se nos ha muerto un sueño,
algo que era entre el pájaro y la rosa.
Fue su vida exterior tan imprecisa
que sólo se lo vio cuando asomaba
a! trémulo perfil de una sonrisa
o al tono de la voz que lo nombraba. ..
Mas qué te importa el nombre, carpintero,
era un sueño de amor, tu mano clave ,
pronto las tablas olorosas, quiero
enterrar hondo el sueño flor y ave. !
¡Al compás del martillo suena un canto!
"No vayas al campo santo,
porque los sueños de amor
no mueren, se muda en llanto
su forma de ave y de flor".
Felicitaciones por tan alta iniciativa. Es importante que no se olviden las excelentes obras de nuestros grandes poetas.
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