Este río de amor que duele tanto
Y que tanto consuelo proporciona
Brota de un manantial secreto y santo
Y recorre en silencio la persona.
Su corriente que alegra y emociona
Va por zonas de júbilo y de llanto
Hasta llegar a la secreta zona
Donde se vuelve océano de canto.
En este inmenso mar, siempre desierto,
Donde es inútil esperar más puerto
Que el de un olvido cada vez mayor,
Todo el hombre palpita y se resume
Como toda la tierra en el perfume
Y en la forma callada de la flor.
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