En mitad de la llanura,
Del rey Salomón se advierte
En un trono que luz vierte,
La grave y digna figura.
Echar con afán prolijo
Notó el monarca sapiente
Por doquier su simiente
A un labrador, y le dijo:
-¿Qué haces tú? Siembras en vano.
Tu trabajo ¿a qué conduce?
Renuncia a él: no produce
Esa tierra un solo grano.
Paróse el buen labrador,
Su frente a la vez bajando;
Reflexionó, y retornando
A su siembra con ardor,
-Sólo este campo poseo,
Responde al rey: lo cultivo
Cuanto afanoso y activo
Veis le es dado a mi deseo.
A trabajar me limito
Mis tierras como un deber.
¿Y qué más puedo yo hacer?
Las siembro, y Dios sea bendito.
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