¿Qué hace vuestra merced que no arremete,
¡Oh Don Quijote!, y con sin par bravura
Rompe la envejecida sepultura
En que os dejó tendido Cide-Hamete?
Embrace adarga, vista el coselete,
Y blandiendo en la diestra lanza dura,
Embista la canalla sin ventura
De sandios que a eruditos se nos mete.
Mas ya os oigo decir hacia mí vuelto:
«No mi quietud con voces alborotes,
Ni demandes mi ayuda asaz resuelto,
« Pues te hago saber, y es bien lo notes,
Que si anda ahora el mundo tan revuelto,
Es sólo porque en él sobran quijotes,»
No hay comentarios:
Publicar un comentario