Parábola de Cervantes y de Quijote
Harto de su tierra de España, un
viejo soldado del rey buscó solaz en las vastas geografías de Ariosto, en aquel
valle de la luna donde está el tiempo que malgastan los sueños y en el ídolo de
oro de Mahoma que robó Montalbán.
En mansa burla de sí mismo, ideó un
hombre crédulo que, perturbado por la lectura de maravillas, dio en buscar
proezas y encantamientos en lugares prosaicos que se llamaban El Toboso o
Montiel.
Vencido por la realidad, por España,
Don Quijote murió en su aldea natal hacia 1614. Poco tiempo lo sobrevivió
Miguel de Cervantes.
Para los dos, para el soñador y el
soñado, toda esa trama fue la oposición de dos mundos: el mundo irreal de los
mundos de caballerías, el mundo cotidiano y común del siglo XVII.
No sospecharon que los años acabarían
por limar la discordia, no sospecharon que La Mancha y Montiel y la magra figura
del caballero serían, para el porvenir,
no menos poéticas que las etapas de Simbad o que las vasta geografías de
Ariosto.
Porque en el principio de la literatura está el mito, y
asimismo en el fin.
Jorge Luis Borges
Es este un texto
literario contemporáneo.
Se esconden detrás de él siglos de
evolución literaria.
Procesos de constante crecimiento lo hicieron posible.
Seguramente su creador, preocupado por moldear el
lenguaje según sentimientos e ideas personales, creó y recreó nuevas formas de
expresión.
Cada uno de nosotros, afanosos por adecuarnos a los
tiempos que corren, por no perderse en los globalizados intentos de comunicación,
participamos de ese camino de transformaciones.
Tanto el escritor como todo hablante nutrimos la lengua con aportes
que provienen de ámbitos diferentes, hacemos historia, permitimos cambios
constantes.
Próximos a conmemorar el día del idioma – 23 de abril – preguntémonos:
¨
¿Cuál ha sido el andar de nuestra lengua a través
de los tiempos?
¨
¿Qué vicisitudes ha seguido desde sus orígenes?
Período
prerromano
Para conocer la historia de la
lengua castellana, tenemos que remontarnos al S. III antes de Cristo.
Diferentes pueblos – unos de
procedencia indoeuropea y otros, africana u oriental – ocupaban la península
antes de la invasión romana.
¿En qué medida esos grupos étnicos
tienen que ver con la historia del castellano? Ninguno de ellos logró que su
lengua se impusiera como un sistema completo, pero una supervivencia
interesante se dio en los nombres que les dieron a los lugares que habitaron. Eso
ocurrió con los topónimos (del
griego topos, “lugar” y onoma, “nombre”) palabras que son
capaces de contar las andanzas de un pueblo. Por ejemplo Málaga (de Málaka, “factoría”, probablemente), nombre de origen
fenicio, nos permite saber con certeza que ese pueblo, en un tiempo, ocupó
zonas costeras del sur de España.
Otras pruebas dejaron los
cartagineses (Cartagena, Ibiza); los
griegos ( Rosas); los ligures (Barcelona, Toledo); los celtas (Segovia, La Coruña); los vascos (Javier, Garay).
Período
de romanización
Con el desembarco de
los romanos en el año 218 antes de Cristo, la península Ibérica pasó a integrar
la Romania, conjunto de pueblos unificados políticamente por el poder de Roma y
ligados por su civilización.
Con los conquistadores llegó un
nuevo código- lengua portador de una cultura superior: la grecolatina.
El imperio romano impuso la unidad
lingüística: el latín.
La asimilación de la cultura y de la
lengua de Roma por parte de los pueblos conquistados se llamó “romanización”.
El
latín: dos variantes
La lengua latina, rica
y común a todo el imperio, desalojó a
casi todas las demás, que se refugiaron primero en el nivel coloquial, luego en
el ámbito familiar y por fin desaparecieron.
Pero, como en toda lengua de gran
desarrollo, había variedad de niveles en el latín.
¿Cuál de ellos fue decisivo para la
formación del futuro español y de los otros idiomas modernos que derivan de aquél?
El fondo primitivo del idioma
español fue el latín vulgar, que
vivió siempre al lado del clásico.
El latín vulgar, lengua coloquial,
era empleado para conversar. El clásico –o culto -, usado por letrados y
eclesiásticos, alcanzó su mayor refinamiento en los grandes escritores: Horacio,
Ovidio, César, Cicerón.
Recordemos:
Tempora
labuntur, tacistique senescimus annis; et fugiunt, freno non remorante, dies.
Ovidio.
(Los tiempos se deslizan y envejecemos con los callados años; los días
se nos escapan sin freno que los detenga)
El latín significó
para el castellano el 70 % de su caudal.
Las lenguas romances
En el siglo V d. de
Cristo se produjo la caída y desmembración del imperio romano. Pueblos germánicos
que no provenían del mismo lugar ni hablaban la misma lengua, penetraron en
España. No impusieron su lengua, ya que su cultura era inferior a la
grecolatina; pero nos legaron buena parte de la onomástica (relativo a los
nombres, especialmente los propios) visigoda. Por lo general son formas
compuestas que relacionan nombres y
cualidades o aluden a ellas.
Por ejemplo:
¨ Fernando deriva de Fridenandus, que se compone de frithu
(paz, alianza) y nanth (atrevido).
¨ Rodrigo , de hroths (fama) y riks
(poderoso).
A la llegada de los
bárbaros, el latín vulgar – aunque en constante transformación – era la única
lengua del imperio; pero el quebrantamiento de la unidad política tuvo
consecuencias lingüísticas. La destrucción de las vías de comunicación aisló a
pueblos y regiones. Cada uno de ellos fue desarrollando peculiaridades en el
habla que terminaron con la uniformidad. Surgieron así las lenguas romances o neolatinas: castellano, catalán, gallego, portugués,
sardo, italiano, rumano, francés y provenzal.
Invasión
árabe
En el año 711 d. de Cristo
comenzó la ocupación árabe a la península ibérica. Los invasores provenían del
norte de Africa y profesaban la religión musulmana.
Durante ocho siglos de dominación,
España conoció una civilización brillante. Fueron ellos los grandes
intermediarios entre oriente y occidente.
Influyeron de tal manera sobre el
pueblo conquistado que, si bien no impusieron su lengua, el elemento árabe es,
después del latino, el más importante en el léxico español. La influencia es
apreciable en semántica: pertenecen al castellano más de cuatro mil palabras
árabes. Se refieren a la guerra, a las instituciones jurídicas y sociales, al
comercio, a los oficios, a la construcción, la joyería, la farmacia, la
astronomía, las matemáticas, la agricultura.
Suelen ser de origen árabe las
palabras que comienzan con al, que
era el artículo: albañil, alguacil,
aljibe, alhucema, álgebra, alhelí...
La toponimia peninsular de origen árabe es también abundante.
Recordemos los nombres geográficos que
se inician con guad ( en árabe,
río).
Por ejemplo:
Guadalajara
(río de las piedras ) Guadalquivir (río grande)
Guadalcanal (río del canal) Guadalupe (río del lobo)
La convivencia de hispano-godos,
moros y judíos en la España musulmana dio lugar al nacimiento de un género de
canción lírica, la muwassaha, que,
con el texto principal en árabe o en hebreo, insertaba palabras y hasta versos
enteros en romance, sobre todo al final de la composición (jardza).
La
reconquista en marcha - Aparición del castellano
La reconquista se inició al norte de la península. La primera batalla
fue la de Covadonga en el año 718 d. de Cristo; pero los árabes fueron vencidos
y expulsados definitivamente en 1492, luego de la caída de Granada.
Durante la reconquista, el reino de Castilla fue adquiriendo gran
poderío militar y político, hasta que alcanzó la hegemonía cultural y política de la península. Su dialecto se
impuso a los vecinos: se lo llamó castellano.
Tomó su nombre del latín castella, plural de castellum, que en período
visigótico significó “pequeño campamento militar” y luego “tierra de castillos”.
El castellano se erigió poco a poco en lengua de la poesía y cantó los
grandes temas épicos nacionales. Entre ellos, el Poema de Mio Cid, primer
texto literario del castellano, escrito en el siglo XII. Cuenta las hazañas de Rodrigo Díaz de Vivar,
valiente guerrero que luchó contra los árabes en la reconquista.
El siguiente es un fragmento en su versión original:
“... El Cid entra en Burgos
Mio Cid Roy Día – por
Burgos entróve,
en sue compaña – sessaenta
pendones;
exien lo veer – mugieres e
varones,
burgeses e burgesas, - por
las finiestras sone,
plorando de los ojos,
-tanto avien el dolore.
De las sus bocas –todos
dizían una razóne:
“¿Dios qué buen
vasasallo,- si oviesse buen señore...”
La traslación modernizada que
hizo el poeta español Pedro Salinas (S.XX) es esta:
“...Ya por la ciudad de Burgos
el Cid Ruy Díaz entró.
Sesenta pendones lleva
detrás el Campeador.
Todos salían a verle,
niño, mujer y varón,
a las ventanas de Burgos
mucha gente se asomó.
¡Cuántos ojos que lloraban
de grande que era el dolor!
Y de los labios de todos
sale la misma razón:
“¡Qué buen vasallo sería
si tuviese buen señor!”
Desarrollo
de la lengua castellana
En el siglo XII, Fernando III el Santo oficializó el
castellano para el uso de las cancillerías, que sustituyó al latín. Su hijo
Alfonso X el Sabio dio gran impulso a la prosa castellana.
Los escritores del siglo XIV fueron afirmando con sus obras el notable
empeño de Alfonso X. Un sobrino de este rey, Don Juan Manuel (1282-1348)
inauguró la narrativa ficcional en castellano con el libro El Conde Lucanor. Se inserta en la tradición didáctico-moralizante
de las colecciones de exempla y de sententiae que, traducidas o imitadas del
árabe, tuvieron gran difusión en el siglo XIII.
Los ejemplos y proverbios de El
Conde Lucanor se engarzan dentro de un diálogo didáctico, concebido como
dice su autor:
“... en manera de un gran señor que fablaba con un
su consejero. Et dicían al señor Conde Lucanor, et al consejero, Patronio...”
Cada uno de los capítulos o ejemplos que conforman
el primer libro de El Conde Lucanor, 51
en total, termina con un proverbio versificado que recoge la sentencia o
moraleja que se desprende del relato.
Por ejemplo:
“...Qui te alaba con lo
que non es en ti,
sabe que quiere levar lo que has, de ti...”
(El que te alaba por lo que no tienes
quiere llevarse, seguramente, lo que tienes)
“...Quien te conseja
encobrir de tos amigos,
sabe que más te quiere engañar que dos figos...”
(Quien te aconseja esconderte de tus amigos
te quiere engañar sin testigos)
En el llamado Siglo de Oro (S. XVI y XVII) la literatura española tuvo
un desarrollo notable. Autores como Fray Luis de león, Luis de Góngora, Miguel
de Cervantes Saavedra, Francisco de Quevedo, Lope de Vega y Calderón de la
Barca contribuyeron a consolidar la lengua
en un conjunto de textos prestigiosos.
Miguel de Cervantes Saavedra (1547- 23 de abril de 1616) es el autor
de El ingenioso hidalgo don Quijote de la
Mancha, obra considerada como la primera novela moderna de la literatura
universal.
En 1604 estaba terminada la primera parte, que se publicó a comienzos
de 1605. En 1615 apareció la segunda parte: El
ingenioso caballero don Quijote de la Mancha.
Recordemos un pasaje de la obra: aquella ocasión en
que Cervantes parodia uno de los frecuentes tópicos de los libros de
caballería: la búsqueda de armas u objetos maravillosos por parte del
caballero:
“...De allí a
poco, descubrió don Quijote un hombre a caballo, que traía en la cabeza una
cosa que relumbraba como si fuera de oro, y aún él apenas le hubo visto, cuando
se volvió a Sancho y dijo:
- Paréceme,
Sancho, que no hay refrán que no sea verdadero, porque todos son sentencias
sacadas de la mesma experiencia, madre de las ciencias todos, especialmente
aquel que dice: “Donde una puerta se cierra, otra se abre”, dígolo, porque si
anoche nos cerró la ventura la puerta de la que buscábamos, engañándonos con
los batanes, ahora nos abre de par en par otra, para otra mejor y más cierta
aventura, que si yo no acertare a entrar por ella, mía será la culpa, sin que
la pueda dar a la poca noticia de batanes, ni a la escuridad de la noche. Digo
esto, porque, si no me engaño, hacia nosotros viene uno que trae en su cabeza
puesto el yelmo de Mambrino, sobre que yo hice el juramento que sabes.
Mire vuestra
merced bien lo que dice, y mejor lo que hace – dijo Sancho-, que no querría que
fuesen otros batanes que nos acabasen de abataner y aporrear el sentido.
-¡Válate el
diablo por hombre! – replicó don Quijote- ¿Qué va de yelmo a batanes?
No sé nada –
respondió Sancho -; mas, a fe que si yo pudiera hablar tanto como solía, que
quizá diera tales razones, que vuestra merced viera que se engañaba en lo que
dice.
¿Cómo me puedo
engañar en lo que digo, traidor escrupuloso? – dijo donQuijote -. Dime, ¿no ves
aquel caballero que hacia nosotros viene, sobre un caballo rucio rodado, que
trae puesto en la cabeza un yelmo de oro?..."
-
Don Quijote es un libro sin tiempo y sin fronteras.
Las ilusiones, los sueños, fracasos y desengaños de sus personajes son los de
todos los hombres, en todos los tiempos y en todo lugar. Cada uno de nosotros
puede hallarse, en algún pasaje de la vida, en el espejo de don Quijote.
La novela de Cervantes trascendió geografías y épocas. Su temática es retomada por
destacados escritores. ¿Cómo no releer la poesía Vencidos de León Felipe?
“Por la
manchega llanura
se vuelve a ver
la figura
de don Quijote
pasar.
Y ahora ociosa
y abollada va en el rucio la armadura,
y va ocioso el
caballero sin peto y sin espaldar,
va cargado de
amargura,
que allá
encontró sepultura
su amoroso
batallar.
Va cargado de
amargura,
que allá “quedó
su ventura”
en la playa de
barcino, frente al mar.
Por la manchega
llanura
se vuelve a ver
la figura
de don Quijote
pasar.
Va cargado de
amargura,
va, vencido, el
caballero de retorno a su lugar.
¿Cuántas veces,
don Quijote, por esa misma llanura
en horas de
desaliento así te miro pasar?
¡Y cuántas
veces te grito: Hazme un sitio en tu montura
y llévame a tu
lugar!
Hazme un sitio
en tu montura,
caballero
derrotado,
hazme un sitio
en tu montura,
que yo también
voy cargado
de amargura
y no puedo
batallar!
Ponme a la
grupa contigo,
caballero del
honor
ponme a la
grupa contigo
y llévame a ser
contigo
pastor.
Por la manchega
llanura
se vuelve a ver
la figura
de don Quijote
pasar...
Revisemos cuáles son los hitos fundamentales
en la historia de nuestra lengua:
¨ Período prerromano (antes del S. III A.C.) Las lenguas de los pueblos que habitaban la
península son absorbidas por el latín. Perdura el vascuence.
¨ Romanización (S. III A.C. a S. V ) Se impone el latín vulgar. El clásico influye.
¨ Caída del imperio romano. Los germanos. (S. V a VIII) El imperio pierde unidad lingüística.
La influencia del germánico es poco significativa. Se originan las lenguas
romances o neolatinas.
¨ Invasión de los árabes. (S. VIII) El elemento árabe sigue en importancia al latino en el
castellano.
¨ Lucha por la reconquista (S.VIII d. de C. a fines del S.XV) Avanza
Castilla y el castellano se expande por la península.
EL CASTELLANO EN AMERICA
Con
la conquista y la colonización de América el castellano llega al nuevo mundo.
¿Qué sucede entonces?
El
español, portador de una cultura superior, se impone a una gran variedad de
lenguas indígenas, que a su vez, enriquecen con su aporte a la lengua de los
colonizadores.
¿Cuáles han dejado huellas?
Han
dejado huellas en el habla hispanoamericana: el arahuaco, de las Antillas, hoy desaparecido; el caribe, del sur de las Antillas, Venezuela
y Guayanas; el náhuatl, principal
lengua del imperio mejicano; el quechua,
del Perú, extendido por los incas a lo largo de los Andes; el araucano o mapuche, refugiado en el sur
de Chile y el guaraní, hablado en
las cuencas del Paraná y Paraguay y en el Brasil.
La
contribución más importante y segura de las lenguas indígenas está en el léxico.
Los españoles, ante aspectos por ellos desconocidos, toman palabras de
los nativos.
Ejemplos:
Lenguas indígenas
|
Léxico
|
arahuaco:
|
canoa
- cacique – maíz -batata- tabaco.
|
caribe
|
caimán – loro.
|
náhuatl
|
cacao- chocolate-
petaca – tiza.
|
quechua
|
alpaca – cóndor- mate-
pampa.
|
Araucana (quizás)
|
gaucho- poncho.
|
Guaraní
|
tapioca- ñandú-
tapir.
|
Y la
historia no se detiene...
La
lengua continúa su evolución y va adquiriendo diferencias de léxico, prosodia,
sintaxis según cuál sea la región en la que se la hable. Cada lugar le impone
características propias surgidas de su particularidades de clima, paisaje,
costumbres, modos de sentir y de pensar.
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