sábado, 12 de marzo de 2016

SONETO DE LA SIRENA Por IGNACIO B. ANZOÁTEGUI

Inapelable como la azucena
se levantó en la ola su blancura,
alta en la luz de la mañana pura,
pura en la luz de la mañana plena.

Rigor de brisa y altitud de almena
desnudaron al sol su desventura,
y se quebró en la voz de la amargura
la pena de cristal de la sirena.

Pena de amor de la sirena sola,
pena de amor y soledad de nieve
rubia de luz en la almenada ola.

Soledad del amor iluminado
que al viento fía la esperanza leve
desde la almena de cristal llorado.

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