Las antiguas arañas melodiosas, temblaban
Maravillosamente sobre las mustias flores...
Sus cristales, heridos por la luna, soñaban
Guirnaldas temblorosas de pálidos colores...
Estaban los balcones abiertos al Sur...
Era
Una noche inmortal, serena y transparente. ..
De los campos lejanos,, la nueva primavera
Mandaba, con la brisa, su aliento dulcemente...
¡Qué silencio! Las penas ahogaban su ruido
De espectros en las rosas vagas de las alfombras...
El amor no existía... tornaba del olvido
Una ronda infinita de trastornadas sombras...
Todo lo era el jardín... Morían las ciudades...
Las estrellas azules, con la vana indolencia
De haber visto los duelos de todas las edades,
Coronaban de plata mi nostalgia y mi ausencia...
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