Me desperté cabeza abajo en el auto sobre la carretera.
Recordé aquellas imágenes del accidente; las luces de frente, el derrape de las
llantas y el tumbo del auto. Desabroché mi cinturón para caer sobre el techo
del mismo, y salí del vehículo arrastrándome sobre los vidrios rotos del
parabrisas. Noté algo extraño, no logré distinguir la marca que dejaron las
llantas ni el coche con el que chocamos. Segundos después, me dí cuenta de que
ni mis padres ni mi hermana se encontraban cerca. “Tal vez fueron a buscar ayuda
mientras estaba inconsciente” - me dije para reducir mis constantes nervios.
Esperé durante un largo rato que ellos regresasen, pero no tuve suerte. Al
comprender que no volverían por mí, me dispuse a buscar un teléfono público o
ayuda por la zona. Caminé y caminé, pero parecía que la ruta no tuviese un
final. Oí un ruido proveniente del bosque. Me adentré en este y vi un
chico, estaba quejándose de dolor
mientras se arrastraba hacia una vieja cabaña, decidí ayudarlo a ingresar en
ella. Este muchacho era alto, como de un metro
ochenta. Su color de cabello era castaño claro y sus ojos, de un tono
miel. También vestía una camisa blanca junto con un suéter. “Supongo que este
es tu hogar “ – pensé y me dirigí hacia él para entablar una conversación y así
distraerlo de aquel dolor, pero este simplemente no respondió
— Por cierto, me llamo Ethan, ¿y tú?
—Cameron. Me llamo
Cameron. Y gracias por traerme - exclamó sin interés. Comencé a buscar algo
para curar sus heridas y regresé con él luego de unos momentos. El ambiente se
tornó silencioso por un largo rato.
—¿Qué te pasó a ti? - interrogué con curiosidad.
—Yo estaba en el
otro auto.
—Pero, ¿qué?
—Sí, yo conducía el otro auto durante el choque.
—Un poco más de cuidado la próxima…
—Yo vi a tus padres
y a tu hermana -interrumpió sin prestarme atención.
—¿Cómo sabes quiénes eran?
Sin darme una respuesta, me tomó de la muñeca con algo de
fuerza y me llevó hacia afuera. Nuevamente me encontraba sobre la carretera
cuando noté un auto que se aproximaba a gran velocidad en dirección a nosotros,
sin intenciones de detenerse. Cuando quise reaccionar, era demasiado tarde,
Cameron me había empujado fuertemente hacia el camino. Antes de que aquel coche
me pasara por encima, lo único que pude ver fue la sonrisa macabra que se había
dibujado sobre su cara. Aquellos ojos que, anteriormente eran de un color miel,
se habían convertido ahora en ventanas al mismísimo infierno.
Me desperté dado vuelta en el auto sobre la carretera, pero
esta vez algo me sabía mal. Se me vino a la cabeza la sonrisa terrorífica y la
mirada de aquella persona. Sentí un escalofrío y me dije “Seguro fue solamente
una pesadilla” - intentando acabar con mi miedo. Un auto se acercó a gran
velocidad, pero paró a unos cuantos metros de donde yo estaba, bajándose del
mismo ni más ni menos que el chico de mi pesadilla, y a su lado, una chica algo
extraña.
—Hola Ethan, ¿Me
extrañabas? - me preguntó con una voz perversa.
—¡¿Quién eres y cómo
me conoces?! - le grité en un tono asustado,
pero también con furia.
—¡Soy Cameron!
¿Acaso ya no me recuerdas? - exclamó intentando parecer entristecido por
ello
— Ah, y ella, es Sue, la que te atropelló anteriormente.
—¿C-cómo?... Sue se acercó lentamente hacia mí con una
navaja en mano.
Mientras retrocedía
vi un pedazo de vidrio roto a mi
alcance y rápidamente lo tomé para intentar defenderme, pero cuando quise darme
cuenta ella ya estaba detrás apuñalándome a su vez. Caí al piso
desangrándome. Y antes de cerrar mis
ojos observé aquella misma sonrisa más macabra que nunca, hasta que… Me
desperté. Esta vez no me di tiempo para pensar en nada. Me dispuse a correr una
vez fuera del vehículo. El mismo auto de antes me está persiguiendo. La ruta no
tenía un final, sólo crecía delante de mi vista. Volteé hacia atrás y logré ver
la cara ahora deforme de aquella muchacha, y al dar vuelta mi vista para continuar corriendo, me encontré con
Cameron, quien estaba frente a mí. Entre los dos intentaron acorralarme, pero
yo empujé al chico con mi cuerpo, logrando que cayera al suelo.
Este dejó caer un cuchillo, el cual agarró y utilizó para
enfrentarme a él.
— ¡Espera! No
querrás que revele tu secreto... No es así, ¿Ethan? - me preguntó, poniéndome
nervioso.
— ¿Cuál secreto? - interrogué tembloroso.
—Ya sabes, ese día
en el que cometiste aquel asesinato. A no ser que también te hayas olvidado de
eso, ¿Verdad?
—No sé de qué hablas…
—Asesinaste a
aquella chica atropellándola, tal y como hice contigo. Huiste como un cobarde
sin enfrentar tus acciones. Tus padres te siguen amando, aunque seas un
criminal. Porque ellos nunca lo supieron.
No se me ocurrió
mejor idea que negarlo todo, aunque este tuviese toda la razón. —¿Cómo sabes
eso? - hablé algo confuso.
—Sólo voy a decir… -se levantó colocando sus manos detrás de
su espalda - Bienvenido a tu infierno, Ethan – su expresión estaba acompañada de esa misma sonrisa que tantos
escalofríos me causaba.
De pronto, Sue me apuñaló nuevamente. Me desperté, pero esta
vez ya estaban Sue y Cameron esperándome fuera del auto. Al salir del coche,
tomé un trozo de vidrio. Me dirigí hacia ellos, noté que la chica ahora tenía una forma muy extraña, ya ni
parecía humana. Sus orejas eran cuernos, su espalda tenía dos grandes alas, su
piel se tornó rojiza, sus dientes eran notoriamente grandes y su rostro,
completamente desfigurado. Antes de que Sue pudiera apuñalarme, le arrebaté su
cuchillo y me enfrentó cara a cara frente a Cameron.
—No sé cómo sabes, y tampoco me interesa saberlo, pero los
dos sabemos que morirás. Cameron sacó
su arma y la insertó al costado de mi estómago, donde no había zona de peligro,
pero yo lo hice justo en su pecho.
—¡Bienvenido a tu
infierno, idiota! -le grité por última vez.
—No tienes idea de lo que hiciste – aseguró mientras rió
débilmente
— Al matarme, causaste tú mismo, tu infierno sin fin. —
El destello de un auto me despertó. Vi a mi lado a aquel
monstruo, Sue, pero ahora tenía un aspecto normal. Me vi en el espejo retrovisor. Ya no era yo, ahora
mi cabello era de un tono castaño claro y mis ojos de color miel.
Por alguna razón, sonreí macabramente. Me espanté al
notarlo, y por esto me bajé bruscamente del vehículo para echarme a correr
hacia el bosque, pero me tropecé, Al caer se lastimó mi pierna, haciéndome lanzar un grito de dolor. Divisé una cabaña
cerca y me arrastré hacia ella. Luego, escuché cómo alguien se acercaba. Era
ella, Alicia. Cuando estaba justo frente a mí, entendí que ahora debía
atormentar a mi propia hermana.
—Ya llegamos, voy a buscar algo para sanarte - dijo mientras
se ponía de pie. Regresó luego de un rato e intentó hablar conmigo, pero
realmente no me interesaba.
—Me llamo Alicia, pero más bien me gusta que me digan Ali,
¿tú?
—Soy Cameron. - respondí casi sin ganas de hablar
. —¿Cómo te lastimaste?
—Me tropecé
—Oohh, yo estoy con mi auto averiado y no encuentro ayuda
por ningún lado
—Sé donde hay un teléfono público. Vamos – dije y me levanté
para luego tomarla de la muñeca y llevarla afuera. Nuevamente, me encontraba
sobre la carretera y vi a Sue, quien estaba viniendo hacia nosotros a toda
velocidad.
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