Un miau para mi soledad
Yo siempre
quise un gato, pero mi madre nunca me lo quiso comprar, me decía que los gatos
a la noche se transforman en seres extraños, seres que andan vagando por las
casas, observando la vida humana y estudiando cada uno de nuestros movimientos.
Sí, mi madre piensa que los gatos van a dominar el mundo y nos van a tener como
esclavos. Y yo pienso que mi madre está loca.
Yo quiero un gato, quiero tener uno, son
unos animales muy tranquilos, silenciosos y no molestan. Pero no, mi madre
prefiere los perros. A mí no me gustan, me molestan, no quiero un perro en mi
casa; no obstante eso para completar mi mal humor, mi madre vio un caniche toy
en una veterinaria y se lo quiere
comprar. Detesto pelearme con ella, pero me da rabia que no me entienda. Les
tengo terror a los perros, quiero un
gato. Me pone mal estar peleando con ella desde hace unas semanas por este
tema. Nunca me escucha, nunca me entiende, ni me presta atención a lo que me
pasa. Me siento solo, incomprendido.
Hace un tiempo me alejé de unos amigos, porque me trataban mal, me
aislaban, siento como que no tengo a nadie cerca de mí. También debe ser por
eso que quiero un gato, para que me acompañe, para hablar con él y que me
escuche. Además tengo que estudiar
bastante, me estoy a punto de llevar 4 materias, aunque estoy a tiempo de levantar Historia. Tengo
que dar un oral de la Guerra Mundial, pero no. No puedo estudiar. Estoy
decaído. No tengo ganas de nada. Me parece ilógico tener que estudiar sobre
algo que pasó hace muchísimo, y que ni siquiera tiene que ver con Argentina. No
entiendo porqué tenemos que estudiar cosas que no nos interesan, así como tener
materias estúpidas. No sé por qué tenemos que tener inglés, si hablamos
Español.
Tengo 15 años y estoy perdido en el mundo,
no tengo amigos, siento que mi familia no me entiende. Estoy solo y quiero
un gato. Tampoco entienden eso.
Necesito una compañía.
Estoy frito, tengo prueba de Matemática y
Literatura mañana, no entiendo nada de nada. Listo, otras dos que me llevo.
No sé qué le cuesta a mi mamá comprarme un
gato, si yo me voy a hacer cargo de él. Lo voy a alimentar, cuidar y llevarlo a
vacunar. Si para la semana que viene no
me compra mi gato, empiezo a ahorrar y me lo compro yo, aunque tenga que
tenerlo escondido. También debo
arriesgarme a los riesgos que puede correr el animal si mi mamá lo descubre.
Elena es tremenda, es la única madre histérica que vi en mi vida. Todas las
madres de mis compañeros hablan con ellos, los ayudan siempre, en cambio ella
no, al contrario, me echa la culpa de todo. A veces me gustaría escaparme e
irme a vivir solo, comprarme el gato y listo. Pero pienso en mis hermanitos, me
da lástima dejarlos con esa loca, yo siempre los defiendo, y si me voy no sé
qué pasaría.
Hace un rato volví a insistirle con el
tema del gato, pero fui en un mal momento y casi me echa a zapatazos de su
habitación. Capaz que piensa que voy a
comprar una gata que después viene el tema de los gatitos, que puede ser madre,
que no podemos tener tantos animales en casa y que esto o aquello. Pero no, quiero
un gato, no una gata. Un gato. De cualquier color, no me importa si es de raza o no. Quiero un gato, para que me
haga la compañía que el resto de los seres humanos no me hacen. Llevo mucho
tiempo sintiéndome así, solo. Mi vieja que me trata así, mis amigos que no me hablan, es más, me ignoran, y mi
viejo … a mi viejo nunca lo conocí. La
única compañía que puedo tener es la de un gato. Voy a hacer lo posible por conseguirlo. Siempre fui un luchador,
hice todo lo posible e imposible para conseguir lo que quería. Esta vez no me
voy a rendir, no. No es imposible tener un simple gato. Lucharé por él un siglo
si es necesario, pero voy a tener un gato. Punto.
Ya sé que tampoco debería rendirme con el tema de la escuela, pero eso es algo que
sé que no voy a poder superar. Estoy mal en todas las materias, me peleo
seguido con los profesores. Las daré en diciembre y febrero. Cuando mucho
repetiré. Si repito mi madre se enoja,
y si lo hace, tengo el derecho de reprocharle que no puedo hacer nada con mi vida,
que nunca me apoya en nada de lo que hago. Eso también va a ser otro motivo de
enojo.
La vida es injusta con todos, no solo
conmigo. Sé que hay gente con peores problemas que los míos y que sin embargo
siguen adelante, pero yo no sé qué hacer ni cómo seguir. No tengo a nadie con
quien hablar. Nadie que me ayude. Quiero ir al psicólogo para que me dé una
orientación, me escuche, pero es caro y nadie me lo quiere pagar. Mis tíos
porque no tienen plata y la idiota de Elena, porque si me paga el psicólogo, se
queda sin dinero para comprarse su par de zapatos semanales. No sé porqué se
compra tacos nuevos todas las semanas si nunca los usa. Tiene como 10 pares sin
estrenar. Siempre usa los mismos. Yo le digo que podría sacrificar 2 pares de
zapatos para comprarme el gato, pero dice que necesita comprarse zapatos. Creo
que tiene una manía con los tacos esos.
Yo casi no tengo plata, así que tampoco me lo puedo pagar.
Sigo insistiendo con el gato, juré una y
mil veces que si me compraban el gato, nunca más iba a pedir nada, pero siempre
recibo la misma respuesta: no
Cuando era más chico, todo era diferente,
pedía algo y me lo compraban, si no lo hacían, lloraba un rato, como cualquier
capricho de todo chico. Pero ahora no. No sé qué hice mal como hijo y como
amigo para estar sufriendo esto. Siento que tengo la culpa de todo lo que me
pasa. Pero no sé qué es lo que les hice. Siempre fui bueno, los ayudé en todo
lo que me pidieron, hice todo por mi familia y amigos. Y de un día para otro
empezamos con esto. No lo soporto más. Soy un buen pibe, y la vida me paga con esto. Le doy la razón a
todos los que me dijeron que por más buena que sea una persona, la vida le va a
dar miles de cachetadas, golpes y caídas. Es injusta con todos. Aunque también
dicen que después de los malos momentos, vienen las alegrías. Pero para mí no llegan, al contrario, se alejan, estoy
cada vez más solo y triste. Siento como si fuera invisible ante los ojos de
todos. No puedo dormir a la noche, casi no como. Tengo unas ojeras terribles, y
estoy cada vez más flaco. El resto ni se da cuenta, varias veces siento ganas
de llorar, pero me trago las lágrimas, soy hombre y si lloro se burlan de mí,
entonces me las aguanto. No quiero más cargadas. Trato de ver para adelante,
pero cada vez se me nubla más el camino. No veo un más allá. Me siento enterrado en este presente horrible. Siento
como que no hay más camino, que llegué al final. No puedo salir de esto. Entiendo perfectamente que con un gato no
voy a revertir esta situación, pero por lo menos, si lo tuviera, tendría a alguien
que me escuche, y así podría descargarme un poco. Antes, me descargaba haciendo
deportes, jugaba al rugby, pero dejé
porque era muy caro y porque tampoco me lo querían pagar. Podría volver, pero no tengo fuerzas. Me siento desanimado
para correr. No recuerdo como jugar, ni
como entablar una conversación con gente desconocida.
Paso muchísimo tiempo encerrado en mi
habitación. Solo. Acostado mirando a la nada
o dibujando gatos en la computadora. Tengo Internet y redes sociales,
pero ni me molesto en abrirlas, si total nadie me habla. ¿Para qué las quiero?
¿Para ver como los demás tienen amigos
y se divierten mientras yo estoy acá solo? No, no quiero deprimirme más
por eso.
No entiendo porqué soy así, porqué me
encierro en mi burbuja, porqué estoy solo, si siempre fui un pibe sociable,
alegre. Ahora soy todo lo contrario. Me
encantaba salir, iba de acá para allá, feliz de la vida. Ahora se dio vuelta mi
mundo. No sé cómo explicar lo que
siento, es una sensación repugnante de soledad, tristeza e incomprensión.
Anoche, hablé con una prima que vive lejos
de acá, para que llame a mi mamá y la convenza, quiero que me
compre el gato, pero dudo que lo haga. Nunca lo intenta, no sé porqué le pedí
ayuda a ella. Tal vez, es a la única persona a la que puedo recurrir en estos
momentos. También busqué en Internet
formas para convencer a alguien,
pero todas me resultaron
bastante inútiles. Eran para convencer a la gente de cosas más importantes, no
de una simple estupidez como comprar un gato. Ningún hijo necesita ayuda para
que le compren un gato, lo piden y se lo dan, es simple. Pero a mí, no me lo dan. No conozco ningún otro método para utilizar,
solo resignarme a que no me lo van a dar, pero no, no me voy a rendir.
Falta una semana para mi cumpleaños, voy a
esperar un poco más. Capaz que me
regala el gato, sería un regalo maravilloso. Creo que no estoy de ánimo para
aceptar otros regalos. Solo deseo un gato. Todavía recuerdo cuando mi hermanito
quería un auto de carreras para jugar, estuvo pidiéndolo todo un año, lloraba e
insistía como yo en estos momentos. Para su cumpleaños se lo regalaron, y él
tenía una emoción increíble. Amaba ese autito, es más, con lo bruto que es para
jugar, todavía lo tiene sanito, eso que ya pasaron 2 años. Por eso, voy a tener
fe, quién dice que para mi cumpleaños no me regalan un gato. Puede ser que
hagan lo mismo que con mi hermano. Nunca hay que perder la fe, si uno tiene un
sueño, debe luchar hasta cumplirlos, y si cree que lo hará, lo va a hacer. Yo
creo que voy a conseguir finalmente a mi gato. Tengo ese presentimiento. Capaz
que esta sea la última semana que pase solo.
Creo que de tanta ilusión, me volvió a venir el sueño, después de casi
dos semanas sin poder dormir, por el insomnio.
Ya que ahora tengo sueño, voy a dormir, esta semana voy a hacer eso,
dormir, lo más que pueda. Voy a recuperar toda la energía posible para celebrar
y festejar cuando me regalen mi gato. Estoy cansado, quizás lea un poco de lo
de Historia y duerma un rato…
Hoy es mi cumpleaños. Amanecí muy bien, y
de muy buen humor. Me pasé toda la semana acostado, estudiando y durmiendo. Se
me pasó rápido. Creo que estoy volviendo a ser yo. Bajaré a desayunar, seguro
me darán algunos regalos.
Cuánto hacía que no bajaba estas malditas
escaleras, algún día me voy a terminar cayendo y quebrando todo, los escalones
son pésimos. No importa. Lo importante
es que no me caí y que llegué tranquilo a la cocina para tomar mi desayuno. Tengo ganas de tomar té. Un té de tilo. Se ve muy tranquila la cocina. Ningún
movimiento. ¿Se acordarán que es mi cumpleaños? Sí, tienen que hacerlo, son mi
familia. Si olvidan mi cumpleaños,
estuve pensando seriamente en terminar con mi vida. Creo que no hay nadie en
casa. Daré una vuelta. Me resulta muy extraño estar dando vueltas por mi casa
buscando a mi propia familia para que me feliciten por mi cumpleaños. Ellos
tendrían que hacerlo por su cuenta. Qué raro. Mi mamá está en la entrada,
recién llegó de la calle, pero no trae ningún paquete o caja que pueda contener
un gato. Mamá no me va a regalar el gato. Pero trae una bolsita. Seguro es el par de medias que me
regala todos los años. Me iré a sentar
al sillón y ver un poco de tele.
La bolsita era para mí. La abrí mirando
indiferente, pensando que eran las medias de todos los años. Mamá estaba parada
a mi lado , esperaba que abriera la bolsa.
¿Qué es esto? ¿Una cajita? no me regaló el gato, pero al menos, cambió
las medias.
Genial, una mascotita virtual. Pareceré un
idiota hablando y cuidando a una maquinita casi invisible. De todas formas la encendí. Tiene gatos. Es
genial.
Elegí uno de los gatos que tenía y aquí estoy.
Tirado bajo un árbol cuidando al gato virtual. No es un gato real, pero un gato
es un gato.
Alumna de 4º año de Escuela
de Educación Secundaria Nº 1
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