Las Luces
Por Victoria Lanza
Alumna de 6º año de la Escuela Agraria Nº 1 de
Lobería
Iba camino a la escuela cuando la vi doblando en la esquina, con un caminar muy
correcto Era una
mañana muy fría para
alguien tan desabrigada. . Era hermosa. No pude evitar hablarle.
-Eh... Disculpa que te
pregunte pero: ¿No tienes frio?- luego de decir esto me sentí un completo
estúpido. ¿Por qué le hablaba a una desconocida? ¿Pensaba acaso en alguna
posibilidad de que me diera bolilla?
Sin embargo respondió:
-No, la verdad que no. ¿Lo
hace? Por casualidad, ¿no tendrás una aspirina? Mi
cabeza está que explota-
-Uh justo no traje
nada en la mochila. ¿Queda muy lejos tu casa? - averigue pensando que quizá podría acompañarla
hasta allí
-No, justo a una
cuadra de aquí, así que… - miro hacia adelante, y siguió caminando con la
mirada perdida.
-Ahh. Estem, bueno hasta luego! ¡Qué idiota no le pedí ni siquiera su número de celular! – pensé
inmediatamente. Por suerte, escuché que me llamaba.
-Espera! Quisiera
preguntarte algo-
Me volví inmediatamente. Cuando la mire a
los ojos sentí un escalofrió recorriendo mi cuerpo. No hablo mucho con mujeres,
soy más bien tímido.
-Sí, lo que quieras
- Mi respuesta sonó tan tonta que no pude evitar lo inútil que soy con
estas cosas.
-Primero, ¿cómo te
llamas? –
-Alan, ¿vos?-
- Vanessa, entonces Alan ¿Sabes dónde queda el Barrio Las luces?-
- Vanessa, entonces Alan ¿Sabes dónde queda el Barrio Las luces?-
Me pareció que su voz
era casi angelical.
- Seguro! La
entrada está en la calle 9 de Julio, entre San Juan y Olazabal –
Sin siquiera
agradecerme, dio media vuelta y siguió caminando. Creo que este había sido el
encuentro más cercano que había tenido con una chica que me gustara.
De todos modos, nadie nos había visto, así que podía agrandarme con mis amigos.
Llegue a la escuela y tuve una jornada
común. Nada nuevo, sin pruebas etc. En el tercer recreo nos juntamos con mis
amigos como siempre a contar pavadas. Cada uno comentaba lo suyo, yo por su puesto me
quede esperando para el final para contar mi experiencia.
Gonzalo , el capo del grupo, comenzó
haciéndose lugar y agrandándose sobre sus próximas vacaciones, Miami. Pero como
era de costumbre ninguno le prestó mucha atención ya que vivía haciendo esos
viajes. Fede, el nerd, algo triste contó la
reciente muerte de un pariente cercano… Fue breve en los detalles tratando de
contener el llanto. Todos tratamos de consolarlo y darle apoyo, así que
quedamos en acompañarlo al entierro luego de la escuela.
Agustín, el
deportivo, siguió contando lo increíble que había sido su partido de fútbol, Lanus junior había ganado 5 a 1 a los cobardes de Newbery y él había sido el protagonista de 2 de
ellos. Marcos , el único más o menos normal, llegó a
contarnos que le habían regalado un perro, un pitbull, Loki, era el más fuerte
y malo de todas las razas, lástima que este solo tenía 4 meses. Por
fin llegó mi turno, el tímido
y no sabía cómo comenzar. Lo primero que alcance
a decir fue: “Yo hoy conocí a una chica” Y ese
fue el detonante a todas las preguntas siguientes: ¿Quién
es? ¿Cómo se llama? ¿Es linda? ¿Cómo es su color de pelo? ¿Cuántos
años tiene? …Les conté todo con lujos y detalles, aunque no tenía mucho
para contar, y debo admitir que también mentí un poco sobre el asunto. Pero
bueno debía aprovecharme de la situación.
¡Qué nervios había pasado! Todavía no podía
creer lo hermosa que era.
Llego la hora de entrar a clases y yo no podía parar de pensar en ella. Me acordaba de sus ojos, su voz, todo era hermoso. Recuerdo que hice un dibujo a partir de lo que recordaba, aunque por supuesto no resultó tan bello como lo era ella. La profesora lo encontró y desafortunadamente se lo quedó. Cuando salimos de clases fuimos caminando todos juntos acompañando a Fede al cementerio. Recuerdo que íbamos planeando qué haríamos luego para despejarlo un poco, ya que era algo sentimental.
-Deberíamos juntarnos a jugar a la Play- sugirió Marcos.
Llego la hora de entrar a clases y yo no podía parar de pensar en ella. Me acordaba de sus ojos, su voz, todo era hermoso. Recuerdo que hice un dibujo a partir de lo que recordaba, aunque por supuesto no resultó tan bello como lo era ella. La profesora lo encontró y desafortunadamente se lo quedó. Cuando salimos de clases fuimos caminando todos juntos acompañando a Fede al cementerio. Recuerdo que íbamos planeando qué haríamos luego para despejarlo un poco, ya que era algo sentimental.
-Deberíamos juntarnos a jugar a la Play- sugirió Marcos.
Claro que Gonzalo
sobresalió:
– Mejor vamos a mi
casa, yo tengo la XBOX. -
Y ahí fue donde lo vi… el barrio que buscaba. Me emocione tanto que se hizo la piel de gallina, no lo podía creer, estábamos pasando por “las luces”, la esperanza de encontrar a Vanesa fue increíble. Podría pedirle su número de teléfono o tal vez invitarla a salir. Esta era mi oportunidad, así que abrí bien los ojos y comencé a buscarla. Luego de mucho caminar y caminar por el barrio, ya que el cementerio quedaba al fondo, perdí las esperanzas.
Y ahí fue donde lo vi… el barrio que buscaba. Me emocione tanto que se hizo la piel de gallina, no lo podía creer, estábamos pasando por “las luces”, la esperanza de encontrar a Vanesa fue increíble. Podría pedirle su número de teléfono o tal vez invitarla a salir. Esta era mi oportunidad, así que abrí bien los ojos y comencé a buscarla. Luego de mucho caminar y caminar por el barrio, ya que el cementerio quedaba al fondo, perdí las esperanzas.
Mientras el cura rezaba en voz alta las
plegarias y la despedida del difunto, pensé en cómo hablarle y qué decirle
cuando la viera. Comenzó a nublarse en la ciudad, típico. Al final del entierro acompañamos a Fede a
dejar unas flores en la tumba. Bajo la
lluvia, con muchas dudas en la mente y sin saber que hacer
me quede helado.
“Vanessa Gonzales”
1997-2013.
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