PIC
Por Delfina Paciaroni
Alumna de 3º año de
Colegio Santa Rosa de Lima
Todo comenzó aquella tarde de Julio, pleno invierno en la
ciudad de Buenos Aires…Era el cumpleaños de Matías, único hijo de la familia
Straw, cumplía ocho años y sus padres decidieron que yo era el mejor regalo
para él.Cuando me eligieron, pude notar en ellos una inmensa alegría… Ellos
sabían que habían hecho una buena elección. Salimos de la tienda rumbo a su
casa, mi próximo hogar, pero en el camino me di cuenta que algo no andaba bien,
los padres de Mati, comenzaron a discutir
, esa situación siempre la veía desde la vitrina, parejas peleando acerca de la
mejor opción para elegir, y el ambiente que se crea no es muy agradable… yo
pensaba: espero que en mi nuevo hogar no sea así…
Todo el trayecto
discutieron y una vez que llegamos a destino, bajamos del auto y lo primero que
vi fue la enorme mansión en la que iba a vivir, me emocioné mucho, pero por un
instante pensé en esa nena, que vivía frente al negocio, sin abrigo, sin comida
y mi felicidad se esfumó.
Sandra , su mamá,
le comentó a la mucama que iría a ver a Matías y entregarle su regalo de
cumpleaños, atravesamos un largo living y llegamos a lo que parecía ser su
habitación. Al entrar Matías recibió a su mamá muy felizmente.
- ¡Ma! ¿Me compraste un regalo? porque… ¿es para mí eso que
tenés ahí no?
- Si, Matías, es para vos, un obsequio para que no digas que no
te regalamos nada.
En ese momento
pude notar el tono frío de la voz de Sandra, parecía que no quería estar ahí,
con su hijo.
Mati rompió el
papel con mucha ansiedad y cuando nos vimos nos dimos cuenta que seríamos
inseparables.
- Te voy a llamar PIC, dijo Matías , mirándome. Luego abrazó a su mamá muy contento. Ella se
mostró indiferente y Matías le propuso
pasar un rato juntos, divirtiéndonos, a lo que ella respondió:
Matías tengo un llamado muy importante que hacer, es de la
empresa y la verdad que ahora no puedo jugar con ustedes
Siempre pones al trabajo antes que yo, siempre pensando en
eso, se nota que no me querés – dijo Mati a punto de llorar
- Trabajo para
darte lo mejor, quiero que tengas todo en esta vida si es posible y no tengas
que pasar por lo que yo pasé.- respondió su madre
Pero yo quiero poder estar con vos, un rato aunque sea, sin
pensar en el trabajo.- agregó tristemente.
Ante esta
propuesta, su mamá le prometió organizar un horario para pasar más tiempo
juntos y sellaron el pacto con la condición de pasar un fin de semana todos
juntos en su casa de Punta del Este. Mati pensó que era la oportunidad perfecta
para probarme y poder registrar todo lo que hiciéramos.
El gran día
llegó, Matías revisó todo por última vez verificando que no se olvidaba nada,
que llevaba todo lo necesario para pasar el mejor fin de semana de su
vida.Luego de un largo viaje, finalmente estábamos en Punta del Este, ver la
playa me emocionó, muchos recuerdos quedarían guardados en mí…
Con Mati
decidimos ir a dar una vuelta, mientras que Sandra y su novio Guillermo se
quedaban desempacando. Fuimos a la orilla del mar, nunca había visto nada tan
hermoso, Mati aprovechó para utilizarme, ese momento quedó retratado, era
perfecto, pensé que él se sentía igual cuando noté que estaba algo triste, por
lo que empezó a contarme que pasaba…
PIC, estoy tan feliz que llegaste a mi vida, ahora tengo
alguien en quien confiar, mi familia no es la mejor, mi mamá vive peleando con
su novio y de mí nadie se ocupa, pero llegaste vos y sé que no me vas a
abandonar.
Para demostrarle a Mati que eso nunca iba a pasar, que
siempre estaría con él hicimos otra toma, esta quedo incluso mejor que la
anterior, dos amigos en la playa…
A lo lejos
escuchamos un grito, era Sandra, que ya quería que regresáramos, volvimos muy
alegres, pero la felicidad duró poco.
Lo último que
recuerdo es que me encerraron en una caja y escuché el llanto de Matías y los
gritos de Sandra, no entendí muy bien por qué había hecho eso, y por lo tanto
yo también me puse a llorar, así me dormí y no supe nada más hasta el próximo
día.
Vi un rayo de sol
asomarse por la tapa de la caja, y vi un rostro conocido, era Mati, que había
encontrado la llave que cerraba la caja mientras su mamá dormía, decidimos
salir a dar un paseo así me podía contar porqué me habían encerrado.
PIC mamá se enfureció porque dijo que este viaje lo habíamos
hecho para pasar tiempo juntos y que lo único que había hecho yo era estar con
vos, pero yo le explique que sos mi mejor amiga que en vos confío en nadie más,
no lo entendió y entonces vi donde guardo la llave de la caja y acá estamos
ahora…
Era lo más lindo
que alguien había hecho por mi, ese si era un verdadero amigo y yo no pretendo
separarme de él nunca más.
Volvimos a la casa
y Sandra ya se había enterado de nuestra travesura, en sus ojos se podía notar
la furia, pero antes de que me encerraran otra vez, Guillermo notó la fuerte
amistad que nos unía y decidió ayudarnos…
Sandra, fijate que felices que están, tu hijo siempre esta
triste porque no tiene a nadie, ahora que le compramos una amiga ¿se la vas a
quitar? Sería muy injusto e
innecesario.
Reinó el silencio
en esa sala de estar, fue el momento más incómodo de nuestras vidas, pero luego
de un tiempo Sandra recapacitó y decidió que podíamos seguir siendo amigos y
que no me encerrarían más… de a poco esta familia me fue aceptando tal y como
soy y yo los acepto a ellos, por lo que decidimos retratar ese momento para que
quedara en nuestras mentes por siempre.
Así fue pasando
el tiempo, Matías se hacia más grande, pero nuestra amistad seguía intacta,
había habido peleas, enojos, me dejó abandonada un tiempo cuando encontró a su
primer amor, y cuando le rompieron el corazón, lo ayude a recuperarse.
Hace ya quince
años que no vivimos más en la hermosa mansión a la que entré por primera vez,
vivimos en un departamento en Puerto Madero, nos mudamos para que Mati tuviera
su espacio, fue a la facultad y se recibió de Cirujano…
Su graduación fue
otro momento emotivo que tuve el placer de retratar y tres años después decidió
casarse con una hermosa chica que conoció en su universidad, Paula, médica
también.
Hace unos años fue
el cumpleaños de Tincho, Martín el hijo de Mati, cumplió ocho años, la misma
edad en la que sus abuelos decidieron comprarme para hacer feliz a su hijo,
retraté todo ese cumpleaños, cuando Mati me tomó en brazos, me llevó hasta
Tincho y le dijo:
- Hijo, hoy te voy a entregar uno de mis mas preciados
tesoros, por no decir el más preciado de todos, me acompañó en todo momento e
incluso cuando yo la abandoné, ella siguió ahí, apoyándome y brindándome todo
su amor, por eso quiero que vos la conserves, que sepas cuidarla, porque ella va
a ser tu mejor amiga y que cada vez que la veas me recuerdes.
Tincho me recibió
con los brazos abiertos y desde entonces seguí siendo parte de la familia
Straw, por siempre y para siempre.
Hoy es el
cumpleaños de Matías, ya cumple noventa años, sus hijos y nietos lo están
acompañando y yo estoy presente como siempre, retratando todo.
Matías nos junto a todos al lado de la chimenea dispuesto a
contarnos una historia, la historia de cómo conoció a su mejor amiga, PIC, su
primer y única cámara de fotos.
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