sábado, 23 de noviembre de 2013

“CONTATE UN CUENTO VI” - MENCIÓN DE HONOR CATEGORÍA C

¿Qué se dice después de perder?

Por Jeremias Bottega
                      Alumno de 5º año de E.S. Nº 1 “Antonio Gonzalez Balcarce”

-“Buenas tardes a todos, en esta tarde lluviosa!. Al mal tiempo buena cara dicen, y si queres mal tiempo, te doy la temperatura, que marca 3º de sensación térmica. Con mucho frío saludamos a Tony nuestro operador y conductor ¿Cómo andas Tony?
-  Bien “Chiquito”, como siempre, saludo a los oyentes y te doy una mala noticia que hace instante colgaron los distintos portales informativos, una noticia inesperada, murió El Pulmón Soriano.  Con tan solo  40 años falleció en la pobreza.
- ¿Quién murió? ¿Tony?-  pregunté absorto al aire -No lo puedo creer, mi amigo de la infancia,  tantas cosas juntos, hazañas, fracasos y triunfos,  hacía años que no lo veía. Este año hacia 16 que nos fuimos a Chicago juntos, un saludo para la familia.
-¿Cómo que se fueron a jugar a Chicago juntos? Él era el orgullo del pueblo, está destrozada la gente de Arroyito. ¿Cómo fue eso? – me preguntó Tony al aire, pero como no recibía una respuesta pidió una tanda inmediatamente.
   Anonadado quedé, sin poder decir ni una palabra, me cayó mal esa noticia, escuchaba la voz de Pulmón diciéndome “dale chiquito, quedate un tiempo más conmigo, no te vuelvas al pueblo che, vamos a seguir ganando unos mangos en Chicago” y yo nada loco, nada, me quería volver para cumplir mi sueño, poner esta radio, y que me fuera bien. Y ahora, ahora me entero de esta muerte, en pleno programa, sin poder decir nada.¿ Dónde quedaron tantos recuerdos? Pareciera que fue ayer, y no, fue mucho tiempo atrás.
   Después de la tanda Tony insistió para que le contara a él y a los oyentes cómo lo había conocido y dar un grato recuerdo. Esto pasó cuando yo tenía 24 años – comencé diciendo-  si 24 tenía. Yo venía de jugar, con Armenio, imagínate, ni luz teníamos en el vestuario pero yo, iba a divertirme, me quedaba cerca del laburo. Cumplía horario, pero los dueños me daban algún permiso que otro y me permitían   ir a entrenar para jugar el fin de semana. Siempre me caractericé, por mi juego brusco, a más de uno le puse el codo, y anduvo contado los dientes por ahí, pero no era problema, ya que en las categorías amateur no pasaba nada. Tal vez  te esperan afuera, con un palo, para romperte el lomo, pero de eso no iba a pasar. De esas tengo muchas. Pero el tema es así, con Armenio, andábamos de mal en peor, medio pelo total era el equipo, estaba “Pulmón”, que era Esteban Santiago Soriano, pero para todos, era “Pulmón”, ese era un crack, un 5 metedor, pero con gran jerarquía.¿Cómo quién se preguntan?. Y  como el Pelado Almeyda, como Seba Battaglia, o  como Mascherano, eso sí, salvando las distancias lógicamente. Ese si era bueno, el mejor del equipo lejos, y como era de esperar, mi amigo de toda la vida. Fuimos a la escuela juntos, jugábamos los interbarriales. Aún recuerdo  el día que le ganamos 4 a 3 a los de Arroyito, en el último minuto, Pulmón tenía la pelota en el medio de la cancha, yo esperaba el pase cerca del área rival, y ahí mandé la pelota. Yo  recibí, eludí al arquero, y le pegué fortísimo; auque estaba lejos la pelota entró, esa era la calidad que tenía Esteban. Pero la historia no quedó allí. A él, jugando en  Armenio contra Nueva Chicago, en un amistoso de pretemporada que este equipo hizo  en Arroyito, lo vieron bueno,  y le ofrecieron ir a Chicago, él no quería al principio porque perdería su trabajito en el pueblo y como Chicago estaba en segunda no le aseguraban grandes ganancias. Al enterarme yo le insistía siempre, le veía pasta de que podía andar. Una tarde  estábamos tomando mate en la verdulería donde yo trabajaba, cuando llegaron tres tipos, dos canosos y un pelado, vestidos con esa campera Kappa, que auspiciaba a Chicago. Los tipos dijeron que necesitaban a un 5 como él y que a partir de ese día tenía que firmar con ellos. Pulmón me miraba  mientras los tipos hablaban, y yo lo miraba a él, como diciendo “viejo, te vienen a buscar, es TU oportunidad”. Fue cuando escuché lo que jamás pensé escuchar. Pulmón dijo “si voy, voy con él” y  me señalo a mi ¡SI!, escucharon  bien, a mi que no metía un gol ni al arco iris, que era malísimo, lo único que tenía era altura.. Pulmón, lo había dicho por decir ya que no quería ir y para no tirar semejante negativa, trato de hacerlo más sutil. Pero lo sorprendente, fue la contestación. “A donde firmamos” , dijeron los tres viejos. Ahí nos quedamos helados en el impacto, después nos miramos y nos reímos, y dijimos al unísono ¡enserio!. Chicago estaba en la B y era necesario ganar el torneo que lo llevara hacia las categorías grandes. Lo que pasó después es sabido, Pulmón y yo, llegamos a Chicago, y nos mandaron a vivir a una casa en Floresta.  Nos dieron autos nuevos, uno para cada uno y un  buen sueldo, porque Pulmón pidió un contrato altísimo y como lo tenían entre ceja y ceja, se lo dieron.  A Pulmón el desarraigo no le cayó muy bien, perdió sus amistades, a su familia casi no la veía, la chica con la que estaba juntado se separó porque no quería que se viniera. Ciudad nueva, equipo nuevo, el pibe se vio con todo lo que alguna vez había soñado, encima con un buen momento futbolístico, porque andaba bien y el equipo ganaba. La ciudad lo obnubiló  se fue a la banquina,  empezó un día, jugándose unas fichitas en el casino de Floresta, otro día otras, y así y así, hasta que todo lo que ganaba, era “pal’ casinito”, como decía él. El andaba bien, Vargas, el DT, lo ponía de 5, un poco retrasado, entre medio de las dos líneas de 4, para poner arriba a un nueve todopoderoso, con pegada, remate de afuera, se tiraba a los costados y todo.   En diciembre y por la mitad del campeonato Chicago venía puntero, con 7 puntos arriba de Chacharita, en la Segunda División y todo pintaba para primera. Ya después se terminaban algunos contratos y tanto Pulmón como yo, estábamos ahí, a la espera de algo. Seguimos hasta junio y completamos el año, dijimos.  Pasaban los partidos y Chicago no perdía y no perdía, y la figura era Pulmón, hasta ese momento, jugador compulsivo, pero con plata. Así como siguió el campeonato también término, ganamos el torneo, con 12 puntos de diferencia con respecto al segundo, que ya a esa fecha, era Temperley, y también ascendía junto con nosotros. Terminó  el torneo y hubo  elecciones en el club. Ganó Quiñones y echó a Vargas,  el DT. Creía que era el momento de caras nuevas, con vísperas a la primera división. En cualquier otra circunstancia a mí, me hubiera importado tres pepinos, pero en ese momento tanto a mí como a Pulmón, nos parecía raro, todo este procedimiento sucio y poco prolijo de las nuevas autoridades del club y nos empezamos a preocupar. De Técnico vino Omar Pérez Tajira, yo no lo conocía, alguno por ahí sí, jugador de Chicago, delantero, en la época gloriosa del Verdinegro en los 60’. Llegó, en el primer entrenamiento de cara a la pretemporada, junto al equipo de primera y a los de reserva, dijo, entre otras cosas, que iba a jugar el que mejor esté, que todos empezaban desde cero, y dio la nómina de jugadores con los que no iba a contar: Acosta, Insarrualde, López,.… Hasta que llegó Villaroel, era cantado, que a mí no me iba a tener en cuenta. Yo había hecho, una diferencia económica algo grande y me volví inmediatamente para Arroyito aunque como siempre digo, Pulmón me insistía para que me quedara con él. Con unos mangos puse esta radio, y Pulmón se quedó a pelearla ahí, era jugador y le gustaba la noche, lo sabemos todos, eligió quedarse, ganar un poco menos, pero seguir en Chicago, le cambiaron de casa y pasó a vivir en Mataderos.  Después de tres años consiguió un traspaso a Bolivia, al Booming, al mejor club Boliviano, eso por lo que me enteré en los diarios. No jugó mucho en Bolivia y volvió sin un peso y debiendo muchísimo dinero a los prestamistas.
Eso es lo que le pasó a Esteban, ese pibe que se fue junto conmigo de acá, con 24,25 años, con todo por ganar, nada por perder, le fue muy bien en la parte profesional, pero lo mató la soledad.  Según dicen, algunos que estuvieron un poco más con él, después de que me vine la soledad lo invadió, se refugió en la  bebida, el juego, las luces de la noche, la fama. Muchas personas son devoradas por las grandes ciudades y los grandes vicios.  El recordado Pulmón tenía eso, muchos vicios, le gustaba mucho la noche, terminó  en la miseria, ya ni al pueblo volvió, porque murió en Buenos Aires. Algunos dicen que su último tiempo lo vivió en una villa miseria, más precisamente en la del Bajo Flores,  y que de su muerte le aviso un amigo de ahí a la tía que aún vivía en el pueblo, y esta dio la fatal y triste noticia, pero como digo, eso ya es anecdótico. Simplemente desde acá Pulmón, te mando un saludo, recordándote a modo de homenaje en esta radio, la FM Arroyito, y recordando esa frase mágica “si voy, voy con él”. Un amigo es un amigo, aunque la distancia los separe y el tiempo pase, sin embargo el sentimiento no muere, porque un amigo se elije, y yo te elegí.  Me duele mucho lo que pasó, que todo el pueblo te haya perdido y desde donde estés, te mando un abrazo a la distancia, Pulmón. No estamos viendo amigo. Porque en el pasado fuiste un héroe y ahora, ahora sos un amigo que se va. Me quede sin palabras, porque al fin y al cabe ¿Qué se dice después de perder?

                           

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