¿Qué se dice después de perder?
Por Jeremias Bottega
Alumno de 5º año de E.S. Nº 1 “Antonio Gonzalez Balcarce”
-“Buenas tardes a todos, en esta tarde lluviosa!. Al mal
tiempo buena cara dicen, y si queres mal tiempo, te doy la temperatura, que
marca 3º de sensación térmica. Con mucho frío saludamos a Tony nuestro operador
y conductor ¿Cómo andas Tony?
- Bien “Chiquito”,
como siempre, saludo a los oyentes y te doy una mala noticia que hace instante
colgaron los distintos portales informativos, una noticia inesperada, murió El
Pulmón Soriano. Con tan solo 40 años falleció en la pobreza.
- ¿Quién murió? ¿Tony?-
pregunté absorto al aire -No lo puedo creer, mi amigo de la
infancia, tantas cosas juntos, hazañas,
fracasos y triunfos, hacía años que no
lo veía. Este año hacia 16 que nos fuimos a Chicago juntos, un saludo para la
familia.
-¿Cómo que se fueron a jugar a Chicago juntos? Él era el
orgullo del pueblo, está destrozada la gente de Arroyito. ¿Cómo fue eso? – me
preguntó Tony al aire, pero como no recibía una respuesta pidió una tanda
inmediatamente.
Anonadado quedé,
sin poder decir ni una palabra, me cayó mal esa noticia, escuchaba la voz de
Pulmón diciéndome “dale chiquito, quedate un tiempo más conmigo, no te vuelvas
al pueblo che, vamos a seguir ganando unos mangos en Chicago” y yo nada loco,
nada, me quería volver para cumplir mi sueño, poner esta radio, y que me fuera bien.
Y ahora, ahora me entero de esta muerte, en pleno programa, sin poder decir
nada.¿ Dónde quedaron tantos recuerdos? Pareciera que fue ayer, y no, fue mucho
tiempo atrás.
Después de la
tanda Tony insistió para que le contara a él y a los oyentes cómo lo había
conocido y dar un grato recuerdo. Esto pasó cuando yo tenía 24 años – comencé
diciendo- si 24 tenía. Yo venía de
jugar, con Armenio, imagínate, ni luz teníamos en el vestuario pero yo, iba a
divertirme, me quedaba cerca del laburo. Cumplía horario, pero los dueños me
daban algún permiso que otro y me permitían
ir a entrenar para jugar el fin de semana. Siempre me caractericé, por
mi juego brusco, a más de uno le puse el codo, y anduvo contado los dientes por
ahí, pero no era problema, ya que en las categorías amateur no pasaba nada. Tal
vez te esperan afuera, con un palo,
para romperte el lomo, pero de eso no iba a pasar. De esas tengo muchas. Pero
el tema es así, con Armenio, andábamos de mal en peor, medio pelo total era el
equipo, estaba “Pulmón”, que era Esteban Santiago Soriano, pero para todos, era
“Pulmón”, ese era un crack, un 5 metedor, pero con gran jerarquía.¿Cómo quién
se preguntan?. Y como el Pelado
Almeyda, como Seba Battaglia, o como
Mascherano, eso sí, salvando las distancias lógicamente. Ese si era bueno, el
mejor del equipo lejos, y como era de esperar, mi amigo de toda la vida. Fuimos
a la escuela juntos, jugábamos los interbarriales. Aún recuerdo el día que le ganamos 4 a 3 a los de
Arroyito, en el último minuto, Pulmón tenía la pelota en el medio de la cancha,
yo esperaba el pase cerca del área rival, y ahí mandé la pelota. Yo recibí, eludí al arquero, y le pegué
fortísimo; auque estaba lejos la pelota entró, esa era la calidad que tenía
Esteban. Pero la historia no quedó allí. A él, jugando en Armenio contra Nueva Chicago, en un amistoso
de pretemporada que este equipo hizo en
Arroyito, lo vieron bueno, y le
ofrecieron ir a Chicago, él no quería al principio porque perdería su trabajito
en el pueblo y como Chicago estaba en segunda no le aseguraban grandes
ganancias. Al enterarme yo le insistía siempre, le veía pasta de que podía
andar. Una tarde estábamos tomando mate
en la verdulería donde yo trabajaba, cuando llegaron tres tipos, dos canosos y
un pelado, vestidos con esa campera Kappa, que auspiciaba a Chicago. Los tipos
dijeron que necesitaban a un 5 como él y que a partir de ese día tenía que
firmar con ellos. Pulmón me miraba
mientras los tipos hablaban, y yo lo miraba a él, como diciendo “viejo,
te vienen a buscar, es TU oportunidad”. Fue cuando escuché lo que jamás pensé
escuchar. Pulmón dijo “si voy, voy con él” y
me señalo a mi ¡SI!, escucharon
bien, a mi que no metía un gol ni al arco iris, que era malísimo, lo
único que tenía era altura.. Pulmón, lo había dicho por decir ya que no quería
ir y para no tirar semejante negativa, trato de hacerlo más sutil. Pero lo
sorprendente, fue la contestación. “A donde firmamos” , dijeron los tres
viejos. Ahí nos quedamos helados en el impacto, después nos miramos y nos
reímos, y dijimos al unísono ¡enserio!. Chicago estaba en la B y era necesario
ganar el torneo que lo llevara hacia las categorías grandes. Lo que pasó
después es sabido, Pulmón y yo, llegamos a Chicago, y nos mandaron a vivir a
una casa en Floresta. Nos dieron autos
nuevos, uno para cada uno y un buen
sueldo, porque Pulmón pidió un contrato altísimo y como lo tenían entre ceja y
ceja, se lo dieron. A Pulmón el
desarraigo no le cayó muy bien, perdió sus amistades, a su familia casi no la
veía, la chica con la que estaba juntado se separó porque no quería que se
viniera. Ciudad nueva, equipo nuevo, el pibe se vio con todo lo que alguna vez
había soñado, encima con un buen momento futbolístico, porque andaba bien y el
equipo ganaba. La ciudad lo obnubiló se
fue a la banquina, empezó un día,
jugándose unas fichitas en el casino de Floresta, otro día otras, y así y así,
hasta que todo lo que ganaba, era “pal’ casinito”, como decía él. El andaba
bien, Vargas, el DT, lo ponía de 5, un poco retrasado, entre medio de las dos
líneas de 4, para poner arriba a un nueve todopoderoso, con pegada, remate de
afuera, se tiraba a los costados y todo.
En diciembre y por la mitad del campeonato Chicago venía puntero, con 7
puntos arriba de Chacharita, en la Segunda División y todo pintaba para
primera. Ya después se terminaban algunos contratos y tanto Pulmón como yo,
estábamos ahí, a la espera de algo. Seguimos hasta junio y completamos el año,
dijimos. Pasaban los partidos y Chicago
no perdía y no perdía, y la figura era Pulmón, hasta ese momento, jugador
compulsivo, pero con plata. Así como siguió el campeonato también término,
ganamos el torneo, con 12 puntos de diferencia con respecto al segundo, que ya
a esa fecha, era Temperley, y también ascendía junto con nosotros. Terminó el torneo y hubo elecciones en el club. Ganó Quiñones y echó a Vargas, el DT. Creía que era el momento de caras
nuevas, con vísperas a la primera división. En cualquier otra circunstancia a
mí, me hubiera importado tres pepinos, pero en ese momento tanto a mí como a
Pulmón, nos parecía raro, todo este procedimiento sucio y poco prolijo de las
nuevas autoridades del club y nos empezamos a preocupar. De Técnico vino Omar
Pérez Tajira, yo no lo conocía, alguno por ahí sí, jugador de Chicago, delantero,
en la época gloriosa del Verdinegro en los 60’. Llegó, en el primer
entrenamiento de cara a la pretemporada, junto al equipo de primera y a los de
reserva, dijo, entre otras cosas, que iba a jugar el que mejor esté, que todos
empezaban desde cero, y dio la nómina de jugadores con los que no iba a contar:
Acosta, Insarrualde, López,.… Hasta que llegó Villaroel, era cantado, que a mí
no me iba a tener en cuenta. Yo había hecho, una diferencia económica algo
grande y me volví inmediatamente para Arroyito aunque como siempre digo, Pulmón
me insistía para que me quedara con él. Con unos mangos puse esta radio, y
Pulmón se quedó a pelearla ahí, era jugador y le gustaba la noche, lo sabemos
todos, eligió quedarse, ganar un poco menos, pero seguir en Chicago, le
cambiaron de casa y pasó a vivir en Mataderos.
Después de tres años consiguió un traspaso a Bolivia, al Booming, al
mejor club Boliviano, eso por lo que me enteré en los diarios. No jugó mucho en
Bolivia y volvió sin un peso y debiendo muchísimo dinero a los prestamistas.
Eso es lo que le pasó a Esteban, ese pibe que se fue junto
conmigo de acá, con 24,25 años, con todo por ganar, nada por perder, le fue muy
bien en la parte profesional, pero lo mató la soledad. Según dicen, algunos que estuvieron un poco
más con él, después de que me vine la soledad lo invadió, se refugió en la bebida, el juego, las luces de la noche, la
fama. Muchas personas son devoradas por las grandes ciudades y los grandes
vicios. El recordado Pulmón tenía eso,
muchos vicios, le gustaba mucho la noche, terminó en la miseria, ya ni al pueblo volvió, porque murió en Buenos
Aires. Algunos dicen que su último tiempo lo vivió en una villa miseria, más
precisamente en la del Bajo Flores, y
que de su muerte le aviso un amigo de ahí a la tía que aún vivía en el pueblo,
y esta dio la fatal y triste noticia, pero como digo, eso ya es anecdótico.
Simplemente desde acá Pulmón, te mando un saludo, recordándote a modo de
homenaje en esta radio, la FM Arroyito, y recordando esa frase mágica “si voy,
voy con él”. Un amigo es un amigo, aunque la distancia los separe y el tiempo
pase, sin embargo el sentimiento no muere, porque un amigo se elije, y yo te
elegí. Me duele mucho lo que pasó, que
todo el pueblo te haya perdido y desde donde estés, te mando un abrazo a la
distancia, Pulmón. No estamos viendo amigo. Porque en el pasado fuiste un héroe
y ahora, ahora sos un amigo que se va. Me quede sin palabras, porque al fin y
al cabe ¿Qué se dice después de perder?
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