domingo, 20 de enero de 2019

“Contate un Cuento XI” - Mención de Honor categoría C: “El sueño de tener mi propia banda” Por Estefanía Montes Rosa alumna de EEPA 701


Camila era una niña en silla de ruedas a la que le encantaba la música. Desde pequeña,  escuchaba un montón de bandas de música, rock, jazz, pop, etc.A Camila le gustaba tanto la música que siempre decía:
-Algún día tendré mi propia banda de rock.
En la escuela, las niñas preferían hacer otras cosas, como saltar la cuerda. Las amigas le pedían que jugara con ellas, pero era muy difícil, porque no podía saltar. Así que siempre se quedaba en un rincón, escuchando música.
Había algunas niñas que se metían con ellas y le decías cosas muy feas.Camila se ponía muy triste cuando aquellas niñas se reían de su discapacidad motriz, pero siempre se ponía música, y eso la alegraba tanto que olvidaba las cosas feas que le decían.
Un día, Camila tuvo una idea y se la comentó a sus mejores amigos:
-¡Quiero tener mi propia banda de rock! ¿Quieren formarla conmigo?- les preguntó.
-Pero Camila, nosotros no sabemos tocar ningún instrumento- le contestaron.
Camila sabía que tenía un don especial y les prometió que conseguiría enseñarles a tocar instrumentos y a hacer las mejores canciones del mundo. Sus amigos la vieron tan entusiasmada que decidieron confiar en ella. Además, como para ella era tan complicado jugar a cualquier juego (y no jugaba nunca) esta era una buena manera de hacer cosas juntos.
La niña y sus amigas estaban super contentas con su banda de rock. De a poco, fueron ensayando y aprendiendo a tocar canciones divertidísimas. Pero un día, aquellas niñas malas se enteraron de lo que Camila y sus amigos estaban planeando.
-¡Ja,ja,ja! ¿Vas a tocar en una banda de rock? ¡Eso es imposible! ¡Camila es inválida! - se burlaban.
Pero Camila no les hizo caso y siguió peleando por su sueño. Hasta que un día, después de muchos ensayos con sus amigos, decidieron hacer un concierto en el patio de la escuela. Camila estaba muy nerviosa, pero allí estaban su familia, y también sus amigas dándole todo el apoyo.
-¡Vamos, Camila! ¡Demostrá lo que sabes hacer! - la animaban.
Camila y sus amigos comenzaron a tocar y todos comenzaron a bailar. ¡Lo pasaron genial! Fue un concierto divertido. Al fin todos aplaudieron un montón. Incluso las niñas malas, quienes se dieron cuenta de que Camila, a pesar de tener una discapacidad, tenía un don mágico para la música.
Camila dio así una lección a todo el mundo, y les enseñó que, a pesar de las limitaciones, es posible hacer grandes cosas si se pone el empeño necesario.
Después de unos días le llegó una carta invitándola a hacer un concierto en la plaza más grande de la ciudad. Había más de mil personas. Subió al escenario y, de repente, un cantante le cortó los cables para que no pudiera cantar, y le tiró un tarro con pintura encima. Todo por celos, maldad. Camila se sintió tan mal que pidió que la sacaran rápido de ahí. Entonces dejó su sueño. Y por cinco meses no cantó más. Hasta que apareció su mejor amiga y le dijo: ”No bajes los brazos. ¡Vos podés! Siempre voy a estar con vos. Date una oportunidad. ¡No arruines tu sueño! Entonces Camila llamó a su tío Miguel, que era su representante, y empezaron a hacer conciertos en todos los eventos y ciudades. Un día quiso cantar en el teatro Luna Park. Vendió un montón de entradas. Llenó el Luna Park, y hasta quedó gente afuera.Con el tiempo grabó muchos discos. Hasta la contrataron para tocar en el Madison.
                                                          Así Camila siguió viviendo su sueño.

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