El mundo se está muriendo
Jazmin Piriz, alumna de la E.E.S.N° 1 “Antonio
González Balcarce”
No
muchos le tomaron importancia en su día.
No importaba lo que individualmente una persona
hiciera para tratar de mejorar la situación, ¿Qué más da si reciclas, si no
ensucias o si cuidas al medio ambiente? Lo que tú, pequeño individuo, hagas con
tu vida, no es nada comparado con el desastre que los poderosos de arriba hacen
por su codicia.
Ellos no querían parar y no pararon, hasta que fue muy
tarde.
Me apena decir que con mis quince años de edad jamás
he podido ver aquello a lo que los ancianos llaman bosque y creo que nunca
podré ver uno, dejaron de existir hace mucho tiempo.
“El mundo se
está muriendo.”
Eso es lo único que repiten las noticias, llenos de
arrepentimiento por un pasado que no es culpa de nuestra generación, pero que
nosotros no podemos cambiar y que ahora nos toca pagar. La gente está aterrada,
muchos rezan y ruegan a sus dioses, desesperados por un último ápice de
esperanza, pero eso no existe, ya no. Plegarias de piedad rogadas al viento, no
son nada más que eso.
El mundo se está
muriendo, eso es todo lo que sé.
Tengo hambre, hace mucho que no hay comida y el
oxígeno se está acabando. Mamá y papá me habían dado de lo último que habían
comprado antes de ir afuera por más. Es todo un tema, llegamos al punto de
pagar por el derecho de vivir.
Lloro con desesperación, mientras miro hacia la puerta
y ventanas cerradas. Mamá y papá no han vuelto en días y me siento de pronto
como toda una niña perdida.
Los llamo, aunque sé que no van a contestar.
¿Mamá? ¿Papá?... Sé que dije que podría sola... Pero
tengo miedo. Mamá, el oxígeno se está acabando, me duelen, me duelen mucho los
pulmones…
Sólo me queda escuchar el terrible viento seco que
golpea la casa, no necesito verlo para saber que afuera un torrente de polvo
está acabando con los pocos que allí deben quedar de pie. Tiemblo mientras
abrazo a mí muñeco favorito, es muy infantil, pero es el único consuelo que
tengo actualmente.
Hace mucho frío, y apenas puedo notar las cosas de mi
hogar con la terrible oscuridad que desde hace semanas he soportado, hace
mucho, mucho tiempo que no se hace de día. La monocromía de tonos negros invade
mi pobre vista azul, brillante ante tal ausencia de luz que para soñar
requiero. Es la desesperanza hecha en vida, la negrura, que refleja lo que el
alma en lo corpóreo no podría expresar, ¿Será por el polvo?... Me gustaría
saber más, quizás así tendría menos temor.
Nunca atendimos a nuestro mundo. Nos preocupábamos
únicamente por encontrar a otros pares en distantes planetas, con una
inteligencia superior o similar, aun cuando sólo hayamos los restos de una
civilización muerta como la sombra de lo que alguna vez fue y como el reflejo
futuro de lo que sería de nosotros, en un sitio completamente inhabitable.
Hoy sólo los privilegiados podrán volver a ver las
estrellas, buscando y dejando a la suerte sus vidas prolongadas, mas no
eternas. Me pregunto en estos momentos si esto es el mero infortunio, o si es
parte de un ciclo que ya se ha repetido y se repetirá, ¿Acaso alguien nos
encontrará? Quien sea, ojalá se libre de este destino...
Mi nariz sangra, lo seco del ambiente me está
torturando y el oxígeno ya se acabó, pero yo comienzo a sentir cada vez menos.
Qué suerte, creo, es como si ya me estuviera sintiendo
mejor.
El sueño comienza a ganarle al dolor, ¿Eso está bien?...
Ya no puedo pensar, así que trato de no cuestionarlo.
Una extraña paz inunda mi cuerpo y ahora únicamente
puedo sentir el débil tacto de mi piel con la tela suave de mi muñeco. Me hace
sentir que no estoy sola, entonces está bien, eso es todo lo que importa.
Escucho la voz de mamá, pero ella no está en ningún
lugar, no lo entiendo, pero tranquiliza un poco el llanto que no ha cesado por
el dolor.
Cierro mis ojos, confiada, ya no me preocupa, estoy
segura de que papá llegará pronto.
...
El tiempo pasó antes de que cualquier cosa volviera a
pisar aquellos suelos áridos y hostiles, completamente desolados desde hacía ya
millones de años.
- ¡Encontramos algo! ¡Encontramos algo!
Festejaban los seres extraños del exterior,
provenientes de un planeta cercano, que en su momento no era más que una roca
errante y sin vida, mientras que uno de sus robots invasores cavaba en aquellas
tierras rojizas, encontrando un esqueleto en posición fetal, pequeño en
estatura, más de lo esperado, que parecía no llegar a la etapa adulta.
- ¡Encontramos rastros de vida en Marte!
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