sábado, 14 de noviembre de 2020

Contate un Cuento XIII Categoría D

 

La vanidad

Lorena Erquiaga, alumna de CENS 451

 

En un tiempo lejano cuando se estaban formando los bosques de Bariloche, lugar este donde existían grandes volcanes, hacía mucho calor, abundaban las lluvias tropicales, era en ese momento cuando  la vida transcurría con tranquilidad y sin grandes cambios. Sobre todo porque no existían los hombres.

En lo profundo de esa tierra inexplorada, floreciente y en pleno apogeo existían dos personajes muy particulares: una araña y una mariposa.

La araña, que llevaba el nombre de Tita, era muy trabajadora, alegre porque cantaba todo el día, tenía en su cabecita un moño.Ella vivía entre los árboles de arrayanes y las rosas mosquetas, junto a una cascada de agua fresca y pura y  a los helechos grandes.Tejía todo el día con hilos de colores, mientras cantaba y conversaba con sus vecinos,  en una amistosa y armoniosa colonia de bichos.

La mariposa, se llamaba Tati, era muy mala, no le gustaba trabajar y hacía pelear a todos los bichitos y sobretodo presumía que era muy bonita, vestía unas botas negras y largas, usaba pestañas largas y una cabellera rubia con ondas.

La araña cansada de que la mariposa rompiera sus telas e hiciera pelear a todos decidió darle un escarmiento y  contó su idea al resto de los bichitos.

 

      -Hola Tati, te enteraste del gran concurso del bosque -dijo Tita como planteando una novedad importante

     -No ¿cuál? -sorprendida por la noticia

     -¡El de belleza!- respondió la araña

     -¿Enserio? Yo lo voy a ganar. ¡Soy la Mariposa más encantadora y bella del Bosque de Bariloche!!

Tita le explicó donde sería el concurso con lujo de detalles.

Tati sorprendida, con astucia y gran maldad, avisó a todas sus competidoras, que se realizaría de día, cerca de la cascada, cuando el sol estuviera en lo más alto del cielo.Pero en realidad el lugar a donde las envió a las restantes competidoras quedaba, en lo profundo del bosque y de noche.Mientras tanto Tita tejió una tela de araña muy bella, llena de colores y lentejuelas. El resto de los bichitos la esperaban escondidos entre las ramas, piedras, los arrayanes y las rosas mosquetas.

Cuando llegó Tati estaba el Gran Jurado que lo conformaba : el Sr Sapo, una verde Babosa, una esbelta Serpiente y una crítica Rata de bosque. Eran los más feos y asquerosos para la presumida Mariposa, que más de una  vez  se había burlado  de ellos.

El jurado la miraba con entusiasmo. Para Tati, sus competidoras eran feas, gordas, chuecas y desalineadas, pero lo que no sabía es que por dentro eran muy lindas y tenían un gran corazón.

Cuando le tocó el turno a Tati se quiso lucir, pero al ver aquella pasarela tan elegante y brillante la quiso destruir, se cayó, rompió todo y se quedó pegada en la gran tela de araña de Tati.

Todos se levantaron, la miraron y no dudaron en ayudarla a levantarse. Luego se retiraron  y nuestra mariposa engreída se quedó solita y  sola.

Para el resto había sido una gran fiesta de desfile y todos se fueron a festejar. Menos nuestra amiga Mariposa.

Después de un buen rato apareció en la celebración nuestra  Mariposa, sucia y desaliñada, pero con un gran gesto: pidió disculpas por las malas acciones cometidas y prometió que jamás lo volvería a hacer.

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