La vanidad
Lorena Erquiaga, alumna de CENS 451
En un tiempo
lejano cuando se estaban formando los bosques de Bariloche, lugar este donde
existían grandes volcanes, hacía mucho calor, abundaban las lluvias tropicales,
era en ese momento cuando la vida
transcurría con tranquilidad y sin grandes cambios. Sobre todo porque no
existían los hombres.
En lo profundo
de esa tierra inexplorada, floreciente y en pleno apogeo existían dos
personajes muy particulares: una araña y una mariposa.
La araña, que
llevaba el nombre de Tita, era muy trabajadora, alegre porque cantaba todo el
día, tenía en su cabecita un moño.Ella vivía entre los árboles de arrayanes y
las rosas mosquetas, junto a una cascada de agua fresca y pura y a los helechos grandes.Tejía todo el día con
hilos de colores, mientras cantaba y conversaba con sus vecinos, en una
amistosa y armoniosa colonia de bichos.
La mariposa, se
llamaba Tati, era muy mala, no le gustaba trabajar y hacía pelear a todos los
bichitos y sobretodo presumía que era muy bonita, vestía unas botas negras y
largas, usaba pestañas largas y una cabellera rubia con ondas.
La araña
cansada de que la mariposa rompiera sus telas e hiciera pelear a todos decidió
darle un escarmiento y contó su idea al resto de los bichitos.
-Hola Tati, te enteraste del gran
concurso del bosque -dijo Tita como planteando una novedad importante
-No ¿cuál? -sorprendida por la noticia
-¡El de belleza!- respondió la araña
-¿Enserio? Yo lo voy a ganar. ¡Soy la
Mariposa más encantadora y bella del Bosque de Bariloche!!
Tita le explicó
donde sería el concurso con lujo de detalles.
Tati
sorprendida, con astucia y gran maldad, avisó a todas sus competidoras, que se
realizaría de día, cerca de la cascada, cuando el sol estuviera en lo más alto
del cielo.Pero en realidad el lugar a donde las envió a las restantes
competidoras quedaba, en lo profundo del bosque y de noche.Mientras tanto Tita
tejió una tela de araña muy bella, llena de colores y lentejuelas. El resto de
los bichitos la esperaban escondidos entre las ramas, piedras, los arrayanes y
las rosas mosquetas.
Cuando llegó
Tati estaba el Gran Jurado que lo conformaba : el Sr Sapo, una verde Babosa,
una esbelta Serpiente y una crítica Rata de bosque. Eran los más feos y
asquerosos para la presumida Mariposa, que más de una vez se
había burlado de ellos.
El jurado la
miraba con entusiasmo. Para Tati, sus competidoras eran feas, gordas, chuecas y
desalineadas, pero lo que no sabía es que por dentro eran muy lindas y tenían
un gran corazón.
Cuando le tocó
el turno a Tati se quiso lucir, pero al ver aquella pasarela tan elegante y
brillante la quiso destruir, se cayó, rompió todo y se quedó pegada en la gran
tela de araña de Tati.
Todos se
levantaron, la miraron y no dudaron en ayudarla a levantarse. Luego se
retiraron y nuestra mariposa engreída se
quedó solita y sola.
Para el resto
había sido una gran fiesta de desfile y todos se fueron a festejar. Menos
nuestra amiga Mariposa.
Después de un
buen rato apareció en la celebración nuestra
Mariposa, sucia y desaliñada, pero con un gran gesto: pidió disculpas
por las malas acciones cometidas y prometió que jamás lo volvería a hacer.
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