“Lo esencial es invisible a
los ojos”
“El principito”
de Antoine Saint-Exupéry (1900-1944)
En la escuela a Catalina le pidieron que llevase un juguete. Catalina
era una niña muy pobre y humilde, pero sus padres le habían regalado una
muñequita de trapo a la que ella amaba mucho. Cuando la llevó sus compañeras se
reían de su muñequita de trapo, a ella
no le gustaba que se rieran de su juguete y se largó a llorar de tristeza.
Cuando terminó de cenar, se fue acostar y dejó a la muñequita dentro de un cajón. A media noche se escuchó una explosión dentro del mismo y decidió
revisarlo, lo abrió y salió la muñequita caminando:
- ¡Hola Cata!, no te asustes soy yo, tu muñequita de
trapo- le tomó la mano y le dijo- ¡Ven, acompáñame!
- ¿A dónde vamos? - preguntó ansiosa
- A la casa de tu amiga, quien se reía de ti hoy,
para que conozcas como vive ella.
- Su casa queda muy lejos - le contestó Catalina
- Iremos volando. ¿Quieres?
- ¡Sí, mi
sueño es volar! - exclamó ansiosa
- ¡Agárrate FUERTE! - le dijo su muñeca de trapo.
Cuando llegaron vieron a la niña en una enorme casa,
con muchos pisos, bañada en oro, llena de sirvientes, mayordomos y cocineros.
- ¡Guauuuu, qué linda! - expresó Catalina con un poquito de envidia
- Sí es re linda, a ver vení acompañame a su
habitación.
Cuando llegaron observaron una habitación muy grande, llena de colores
y juguetes.
-Yo quisiera una familia y una casa así – murmuró
Catalina
- ¿Segura? -
dijo su muñequita.
De pronto se escuchó a la niña gritando
-Papa, Papá ¡¿Dónde estás!?
- ¿Qué quieres, niña? Estoy trabajando no me
molestes - respondió su padre
La niña
fue al comedor, le pintó al padre un dibujito de él con ella y partió en
puntitas de pie al escritorio a dejárselo para no molestarlo. Luego el padre
agarró el dibujo, lo miró, lo rompió y lo tiró.
- ¡Qué malo que es el padre! - dijo Catalina tras
ver caer el regalo de su compañera en un cesto
- Entonces te vuelvo a preguntar, ¿quieres tener una familia así?
- Catalina aún dudaba, todo lo que veía le gustaba
mucho
- ¿Y la madre? - dijo
Antes de que su muñequita respondiera la
madre entró a la casa y fue a hablar con el padre con un papel en su mano. Se
los veía discutir. La madre le había llevado ese documento para que él firmara
el divorcio. Entró la niña al escritorio también y le rogó al papá que no lo
firmase, por supuesto no le hizo caso, firmó, la madre agarró sus valijas y se
fue. La niña gritaba:
- ¡No te vayas mamá! ¡No te vayas…!
La madre agarró las llaves del auto y sin darle ni
siquiera un beso se retiró.
La niña se fue llorando a su habitación.
Catalina y su muñequita también se
retiraron.
- ¿Quieres tener esta casa y esta familia? - le
volvió a preguntar la muñequita
- No, aunque somos muy pobres con mis padres nos
amamos.
Fue en ese momento en que la muñequita se evaporó ,
la niña despertó y vio una carta que
decía: “Espero que nuestro paseo te haya servido para saber que tu
compañera podía tener todo lo material
, una casa enorme, juguetes, sirvientes, mayordomos y cocineros; pero lo que
ella no tenía era lo esencial, es decir, el amor de sus padres”
A partir de ese día Catalina tomó su muñequita y la llevó orgullosa a la
escuela todos los días, aunque se le rieran ella sabía que esta muñequita era
todo lo que los padres le podían dar, a ella le encantaba , representaba todo
el amor de sus padres, que es, fue y será lo más importante.
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