Amores
desencontrados
Ezequiel Loza,
alumno de CENS 451
Tras un pasado un poco tormentoso ,y partiendo de una
relación frustrada por la juventud de nuestros protagonistas, Ezequiel se alejó
de su amada con la idea de que sería para siempre.
Ezequiel era un joven introvertido, aunque una vez que
tomaba confianza, mostraba su personalidad tal cual era. Se enamoraba con
facilidad, pero debido a su timidez no le era posible declarar su amor a la
chica de sus sueños. Así, sumido en su timidez, veía como una tras otra perdía
a la chica que amaba
La edad fue curtiendo su personalidad e hizo que fuese
tomando más confianza en sí mismo y esto le sirvió para ir relacionándose más
con las jóvenes. Fue entonces cuando conoció a Isabel, una joven alegre y
divertida, y no tardó en enamorarse de ella.
Preparado para iniciar una relación en pareja decidió
hablar con Isabel y declararle su amor. En principio ella no estaba enamorada
de él , entonces, continuaron saliendo como amigos hasta que Isabel estuvo
preparada para aceptar su amor.
Para él era la primera relación, la primera vez que se
enamoraba de verdad, la primera vez que besaba a una chica. Todo esto despertó
sentimientos en Ezequiel que él nunca había sentido, pero todo esto que, para
él, era amor, para Isabel comenzó a ser una obsesión por ella.
La relación entró en decadencia, la falta de
comunicación hizo que todo se deteriorara rápidamente. Isabel y él decidieron romper su noviazgo. Ante
la imposibilidad de arreglar su amor este no tardó en truncarse, en parte por
la juventud de ambos y ,es posible, que
también influyera la inexperiencia de él.
Ezequiel partió destrozado, con el corazón roto,
dejando atrás una parte de su alma para no regresar nunca junto a Isabel. Lo
que había comenzado como una preciosa historia de amor término de la noche a la
mañana. Sumido en la tristeza, continuó con su vida sin interés ni ganas de
vivir. Entró en una profunda depresión y, en silencio, lloraba la pérdida de su
primer gran amor, tratando de encontrar una explicación a lo ocurrido entre
ambos.
Con el tiempo comenzó a salir, a relacionarse de nuevo con los demás
y tras un largo período poco a poco fue aprendiendo a vivir sin Isabel.
Un día, en una de sus salidas con los amigos conoció a
Victoria. Ella era una chica más joven que él, pero muy madura para su edad.
Pasaban largo rato charlando y compartían sus experiencias en la vida. Cada fin
de semana se reunían y pasaban muy buenos ratos juntos. Esto fue devolviendo a Ezequiel las ganas de vivir,
de salir, de compartir su vida, vivir nuevas experiencias y, por qué no, vivir
de nuevo el amor.
No tardó en despertar el interés por Victoria y,
seguro de sí mismo, le declaró su amor.
Victoria venía de otra relación y estaba un poco
reticente, pero decidió darse otra
oportunidad . Comenzaron su relación y todo marchaba sobre ruedas. Tras
un período considerable de noviazgo, decidieron darse el “sí quiero” y muy
enamorados el uno del otro se casaron para compartir sus vidas para siempre.
La vida les sonreía y vivían felices profesándose amor
el uno al otro. La felicidad no tardó en colmarles y vino su primera hija, una hija
muy deseada y querida. La felicidad se hizo plena y vivían en perfecta armonía,
Ezequiel cuidaba y mimaba a su niña que lo era todo para él.
Tras casi 20 años de terminar su relación con Isabel,
Ezequiel era un hombre nuevo, un hombre feliz y satisfecho con lo que la vida
le había dado. Pero, por los caprichos del destino, un día él se acordó de
Isabel y se preguntó a sí mismo qué tal le habría ido en la vida.
Tal era la curiosidad que decidió buscar información sobre su antiguo amor. Colocó su nombre en el
buscador de una red social y bingo, devolvió resultado positivo, él se debatió
un poco entre la moralidad y la curiosidad, pero esta última pudo más y envió
una solicitud de amistad , con la esperanza de que ella devolviera una
respuesta a su invitación.
Cada día miraba
en su perfil, pero no había señales. Ezequiel entendió que ella no quería saber
de él y perdió las esperanzas de que le contestara. Continuó con su vida y se
olvidó de la absurda idea que tuvo, pero el destino quiso ser caprichoso de
nuevo y, tras dos meses de aquella invitación, recibió la respuesta tan
esperada: Isabel se había casado también y al igual que él tenía una hija Vivía
feliz en compañía de su familia.
Estas inesperadas noticias lo alegraron, sintió
satisfacción al saber que Isabel había encontrado el amor y era feliz. Una
tarde por casualidad la vio en línea y tuvieron la oportunidad de hablar a
través del ordenador. Era curioso como después de casi 20 años, sin saber el
uno del otro, conversaron como si no hiciera más de dos días, desde la última
vez que hablaron. Se contaron que tal le había ido la vida a cada uno en esos
años, sus vivencias y sus añoranzas. Isabel, al igual que él, tenía una hija
que era su mayor satisfacción y su mayor felicidad. Así sin darse ni cuenta
pasaron varias horas charlando
Ezequiel quedó
encantado de haber podido hablar con su primer amor, de haber tenido noticias
suyas, de saber que era feliz con su esposo y con su hija.Isabel a su vez,
también sintió mucha alegría de saber de Ezequiel, de tener noticias suyas
después de tanto tiempo. Esta fue la primera vez que habían hablado después de
aquella ruptura.
Desde ese día y, cada vez más a menudo, coincidían y
charlaban a veces hasta altas horas de la madrugada. Lo que comenzó como una
simple curiosidad se estaba convirtiendo casi en una rutina. Cada vez el
contenido de estas conversaciones eran con más carga emocional y más
sentimientos, y en una de estas conversaciones, Isabel confesó a Ezequiel que
lo tenía todo en la vida, que solo le faltaba él. Esto lo dejó helado, un poco
fuera de juego, pero no le dio demasiada importancia., sin embargo, trataba de
pasar más tiempo frente a su ordenador con la esperanza de que Isabel estuviese
allí. Casi se hacía obligada la permanencia en línea para encontrarse con ella.
Esto empezó a preocuparlo, y decidió hablar con Isabel para hacerle saber que
no estaba bien lo que estaban haciendo, que, aunque solo fuese a través del
ordenador, hablaban de cosas que no era una conversación propia de amigos, sino
más bien una conversación de pareja y esto no era posible. Él tenía su esposa,
e Isabel también estaba felizmente casada. Entonces le propuso dejar de charlar
con ella y esto la enfadó un poco, ella comentó que no hacían nada malo, que
solo charlaban, que no había nada malo en ello. No duró mucho tiempo el
distanciamiento, él pensó en aquellas palabras de Isabel y comprendió que no
hacía nada malo, que solo se trataba de una amistad que ya venía del pasado,
aunque sí le seguían preocupando el
contenido de las conversaciones decidió continuar adelante.
Poco a poco se fue creando un fuerte vínculo entre
ambos y una amistad que sobrepasaba casi los límites. Casi hablaban con toda
naturalidad y compartían sus vidas, aunque lo hacían desde la distancia. Mientras
más hablaban más cosas se aclaraban, Isabel estaba inmersa en una gran
confusión, Ezequiel y sus palabras alentaban a Isabel, y está a su vez empezaba
a sentirse viva ,a tener deseos de vivir y a darse cuenta de lo que realmente
importaba en la vida. El amor que en un
momento creyó no existía, cuanto más se escribían más fuerte latía en
su corazón al recibir cada mensaje que él enviaba ,
Pronto Isabel tomó la decisión de citarlo en aquel
café donde se encontraban en el pasado y donde ella tenía hermosos recuerdos de
momentos únicos. Envió un mensaje y como era de esperar Ezequiel lo leyó y
acepto de inmediato. El día de la cita llegó antes al lugar pactado con su
mejor camisa y la corbata preferida de Isabel que aún conservaba por el solo
hecho que ella se la había regalado, un pimpollo de Jazmín, la flor más amada
por Isabel, lo acompañaba aunque Ezequiel creía que no existía flor más hermosa
que ella. Pero como siempre el destino
tuvo que hacerse presente e Isabel al salir apurada para su cita, saludó a su
esposo, lo miró a los ojos, observó a su alrededor y fue allí, en ese preciso
momento, donde la culpa la invadió desde sus pies hasta su corazón y sintió un
gran remordimiento . Salió de la casa, llegó a la vereda de enfrente del lugar
de la cita y como espiando a Ezequiel, mirándolo fijamente y con llanto en sus
ojos, ya no vio al hombre del cual ella se había enamorado: fuerte por fuera pero tan frágil por dentro,
claro habían pasado los años y Ezequiel ya no era aquel muchacho. Ella tuvo la
mejor vida que alguien pudo tener y cuidaba mucho su salud ,su cuerpo y
estética , en cambio Ezequiel se había descuidado . Nuevamente Isabel, tuvo un
clic, pero esta vez fue para volver a la realidad y recordar que en su casa
alguien que la amaba demasiado la esperaba y que no podía tirar todo a la
basura, así porque si. En ese momento vino a su mente la imagen de la tierna
mirada de su pequeña hija y así como llegó se marchó nuevamente sin que
Ezequiel la viese. Con el transcurrir de las horas, él como buen caballero
regaló el jazmín a la camarera del lugar en agradecimiento a su atención y
volvió a casa, pensando qué le habría ocurrido algo Muchas preguntas juntas
daban vueltas por su cabeza. Se sentía abatido y defraudado y fue derecho a su
computador, allí mismo encontró un mensaje de Isabel que leyó de inmediato:
“Perdón por no haber llegado a tiempo, creo que lo
nuestro es pasado y allí debe quedarse, cada uno hizo su vida después de
nuestro fin en la relación y no me parece justo destruir todo lo que cada uno
ha formado en todos estos años. Hay
terceros que no llevan culpa de nuestros sentimientos aún latentes, y no deben
pagar por nuestros errores, cierro el chat y me despido definitivamente y para
siempre de ti, te deseo con todo el amor de mi corazón que seas feliz”
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