cantaba la madre a su niño;
cuando ella cantaba, la luna
trenzaba cadenas de lirios.
Cuando ella cantaba, de luces
llenábase el campo florido;
cuando ella cantaba, más hondas
sonaban las aguas del río.
Cantaba la madre en la noche,
respondíanle ranas y grillos,
se llenaba la tierra de incienso
y de aroma de sándalo herido.
La madre se fue con los ángeles,
con los ángeles del paraíso.
Como un pájaro de alas quebradas
en la tierra ha dejado a un niño.
Pero se oye una voz en la noche,
una voz que es fragancia y suspiro,
una voz que es estrella y es agua,
y luciérnaga y canto de grillo.
Suena y suena en la noche profunda
y es la madre que canta a su niño.
¡Qué sonrisa más dulce florece
en la boca del ángel dormido!
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