Es la puerta de la luz un libro abierto;
entra por ella niño, y de seguro
que para ti serán en lo futuro
Dios más visible, su poder más cierto.
El ignorante vive en el desierto
donde el agua es poca, el aire impuro,
un grano lo detiene, el pie inseguro;
camina tropezando, ¡vive muerto!
En ese de tu edad abril florido
recibe el corazón sus impresiones
como la cera al toque de las manos.
Estudia, y no serás cuando crecido
ni el juguete vulgar de las pasiones,
ni el esclavo servil de los tiranos.
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