-La mejor forma que os crean capaces de haber realizado una acción buena y desinteresada, es decir “Que en el fondo la ejecutasteis por egoísmo”. La sola idea de que hubieras hecho el bien por el bien, humillaría, molestaría y escandalizaría a los demás.
-El automóvil, una de las más bellas conquistas modernas, sólo ha servido hasta hoy para que los imbéciles vayan de prisa.
-No se sabe cuál hora es más larga, si la que precede a la primera cita de amor, o la que sigue al primer desencanto... Si aquella en que esperamos a la mujer amada, o aquella en que deseamos que se vaya.
-La vanidad e hinchazón no son en el fondo más que la sorpresa de un éxito que la conciencia sabe que no merece.
-El colmo de un literato soporífero: dormirse leyendo su propia obra.
-Véngate del mundo siendo mejor que el mundo. ¿Dices que en el mundo reina la crueldad? Pues sé tú piadoso. ¿Dices que impera la fuerza bruta? Pues respeta tú a los débiles. ¿Dices que la injusticia
hiere a los buenos? Pues tú sé justo hasta con los malos. ¿Afirmas que un planeta donde acontecen tantos horrores no es posible encontrar la huella de Dios? Pues que esa huella se encuentre en tu espíritu y en tu corazón: te aseguro que basta y sobra.
-Los que afirman que aman “como no han amado nunca”, se parecen a los que pretenden que “este verano ha sido más caluroso que los anteriores”
-Yo me he vengado del desconsuelo de mi vida, consolando a otros.
-El órgano del conocimiento divino no es el cerebro, sino el corazón. Por eso vemos a tantos hombres de gran talento titubear en las tinieblas y perderse en los recodos de todas las filosofías, sin encontrar a ese Dios a quien encontró ya la celeste ignorancia de tantos humildes.
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