Me acuclillo en las raíces secas
del ombú de la placita.
Las ramas suben, protestan,
y yo ahora,
cuando el olvido llega
no quiero seguirlas a lo alto
Amanezco hacia abajo, hacia mí misma.
Ahora yo debo
olvidarte
Olvidarte del sur de las mañanas
Del latir del locutorio frío,
Del pulso húmedo
de mi sudor atado a tu destino.
Ojala llueva tanto
desde las raíces…
y el olvido fiel encauce
al borde de mi cama.
Ahora que tengo que olvidarte
Ahora
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