Ella:
Blonda cascada que airosa se desploma
Sobre la tibia seda de la piel
suaves contornos que la carne aroma
de cálida fragancia, para él
Él:
Bordón enamorado en la garganta,
Eco sutil y cálido a la vez
Moreno junco que grácil se levanta
Sobre el ágil escorzo de los pies.
Dos miradas, dos besos, dos caricias
dos abrazos cargados de pasión,
Y en el silencio de la noche inicia
Su apasionado diálogo de amor.
¡Mi alegría eres tú! ¡Tu vida es mía!
¡ No hay para mí más goce que tu voz!...
Abrió la noche el camarín del día…
Y cerró el sueño los ojos de los dos.
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