A veces, al enfatizar sobre su obra para “niños”, corremos el riesgo de olvidamos de importantes canciones, escritos y poesías para “grandes”. Mucho de su obra aún espera una divulgación más amplia y un reconocimiento más serio en lo que a diversidad y profundidad requiere. Hay algo de “territorio no descubierto” (desde sus primeros libros de poemas, hasta sus artículos periodísticos) de una exquisitez y compromiso pocas veces visto. Bueno, menos prólogo y ...a la página.
GILITO DE BARRIO NORTE
Gilito de Barrio Norte,
Que la vas de guerrillero,
y andas todo empapelando con el Che,
anunciándole a Magoya
que salió la nueva ley.
Hablas mucho del obrero,
pero el único que viste
es un peón de una cuadrilla
en la calle Santa Fe.
Vos la única guerrilla
que peleás de coronel
es la que te dan las minas
en las whiskerías finas
donde sentaste cuartel.
Si cambiar el mundo
vos también querés,
laburá, cazá los libros,
o rajá para el caribe
donde está Papá Noel.
Que mientras te sigas rifando
como un Balbín de zurda en los cafés
El cuento de la rebeldía...
contaselo a tu tía...
que te lo va a creer!
Gilito de Barrio Norte
Que la vas de inconformista
y te conformas con ser
un flor de burgués
sacristán de la violencia
mientras vos no la ligués.
La pasas haciendo escombros
con cambiar las estructuras
y no arrimas un ladrillo
si se cae la pared
Por los piolas que prometen
como vos, yo me avivé.
Que con redentores rojos
nos comerían los piojos
mañana peor que ayer.
AL DIVINO BOTÓN
Esta canción, con perdón,
quiere ser una canción
que no sirva para nada.
No persigue el ideal
de ganar un festival
y no tiene intención
de hacer la revolución.
Quiere ser nada más que una canción
al divino botón.
Esta canción es, tal vez,
una cáscara de nuez,
un borrón de mala muerte
como la del señor
que mataron por error
o la de esa mujer
que mataron sin querer,
que mataron en más de una ocasión
al divino botón.
Esta canción, menos mal,
pronto llegará al final
como una bala perdida.
Corransé, por favor,
la señora y el señor,
no se dejen matar,
les previene un militar,
porque así pierde imagen la Nación
al divino botón.
Esta canción, por temor,
ni siquiera es una flor
para aquellos que un mal día
no se mueren de amor
ni en el campo del honor,
los fusila el azar
cuando van a trabajar.
Para qué, para quién, por qué razón:
al divino botón.
DÓNDE ESTÁN LOS POETAS
Donde están
los poetas.
Los poetas por dónde andarán.
Cuando cantan y nadie los oye
es señal de que todo anda mal.
Si están vivos los premia el olvido,
pero a algunos quizá les harán
homenajes después que se mueran
en la cárcel o la soledad.
Quiénes son
los poetas,
los testigos de un mundo traidor.
Ellos quieren salir a la calle
para hacer la revolución,
y en la esquina se van por las ramas
donde un pájaro se les voló.
Y se encierran de nuevo en sus libros
que no encuentran lector ni editor.
Y quizás
los poetas
no se venden ni mienten jamás.
Es posible que a veces alquilen
sus palabras por necesidad,
o que un par de ilusiones perdidas
cada día las cambien por pan.
Pero son la conciencia de todos
y ratones de la eternidad.
Aquí están
los poetas
ayudándonos a suspirar.
BALADA DE CÓMODUS VISCACH
En este mundo traidor
transigir es lo mejor.
El que diga basta
va a parar a la canasta,
y el que sea opositor
va a parar al asador.
En chimangos prepotentes
no malgastes los cartuchos.
Sonreíle a los de arriba
que son machos y son muchos.
Esperá el escalafón
trabajando de felpudo.
Es mejor que comas tierra
y no que te coman crudo.
No olvidés el autobombo
si querés ponerte en venta.
Lo que tengas que pensar,
no lo pienses por tu cuenta.
Defendé la rebelión
que no altere la rutina:
el poeta en la leonera,
la mujer en la cocina.
A mal tiempo, buena cara:
rinde mucho, poco cuesta;
no te pongas en la pica
con canciones de protesta.
A buen tiempo, mala cara:
da cartel de inteligente;
criticá todo con todos
menos con los dirigentes.
DIABLO ESTÁS ?
Juguemos en el mundo
mientras el Diablo no está.
Diablo, ¿estás?
Me estoy poniendo la cartuchera
y la casaca militar,
y con mi música de metralla
a todos quiero ver bailar.
Me estoy poniendo los guantes blancos
y el levitón ministerial,
y ya me voy a firmar decretos
para que todo siga igual.
Me estoy poniendo la capelina
y un delantal de caridad.
Primero invento pobres y enfermos,
después regalo el hospital.
Estoy poniéndome los anteojos
y no termino de contar
monedas de oro, billetes nuevos,
cheques que nadie cobrará.
Me estoy vistiendo de funebrero
con una flor en el ojal
para ir a ver la pornografía
que es mi menor debilidad.
Estoy poniéndome la armadura
para el congreso de la paz:
el que primero tire la bomba
junto conmigo reinará.
Juguemos en el mundo
mientras el Diablo no está.
Sus obras y sus pompas
quién no las festejará.
Diablo, ¿estás?
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