domingo, 23 de junio de 2013

Textos extraídos de la Revista "Nativa"

Nuevamente hemos trascripto poemas y un relato de la hace mucho tiempo extinta revista “NATIVA”, preguntándonos: “¿cuándo volverán a aparecer ese tipo de revistas en nuestro país?” No sólo estamos huérfanos de cultura (tanto en este municipio como en el país), sino también de manifestaciones artísticas que nos representen.  Duele ver que estamos pensando y actuando en otro idioma, y que nuestra argentinidad se reduce a las limitadas muestras de siempre. Pareciera que desgraciadamente aún no nos hemos puesto de acuerdo en ser argentinos. Esto no significa que debamos dejar de lado el gran legado cultural de la humanidad, pero… ¿y el nuestro? ¿está también allí? ¿Cuándo dejaremos de ser buenos imitadores de lo ajeno para darle también el mismo o mayor valor a nuestra propia idiosincrasia cultural?





SERRANILLA 
Por G. Coria Peñaloza

Yo te lo dije clarito:
m´hijita, no lo querás;
pal caso que me habís hecho,
vos sabrás;
¡ai tenís, pa que vos viás!

Cuando te traje de Jáchal,
Como choco vino atrás,
Se te arrimó, lo dejaste,
Porfía nomás;
¡ai tenís, pa que vos viás!

Y como ya te ha botao,
Vos te la arreglarás,
Yo no quiero compromisos.
¡Ya te me vas!
¡ai tenís, pa que vos viás!

Y el bultito que te deja
Y que va a nacer nomás,
¿con qué apelativo viene?
Vos sabrás;
¡ai tenís, pa que vos viás!

A vos, chei, te estoy hablando,
Hacete las que llorás;
¡mandate a mudar de aquí!
¡ya te me vas!
¡ai tenís, pa que vos viás!

La moza juntó sus calchas
Sollozando sin cesar
Y al alejarse sin rumbo
Sintió a la madre gritar:

¡Hijita de mis etrañas!
¿y te vas a dir nomás?
Vení, lloremos juntitas,

¡no te me vas!



ROMANCE DEL DESPEÑADO 
Por Antonio Esteban Agüero

Doradas velas de cera
al niño le están velando.
Por el cielo de l noche
van corderos enrulados,
corderos de lana leve:
nubecillas de verano.
El niño murió en el cerro,
de peña en peña rodando.
Salía con las calandrias
tornaba con el ocaso,
cuando el negro grillo tañe
su esquila de vidrio claro.

Las cabras le conocían,
y el perro de pelo largo,
los helechos del arroyo
y cada casa del campo,
que en todo quedó la seña
pura de su pie descalzo.
Sus años eran tan pocos
que cabían en sus manos;
su honda tan conocida
por el tordo y el vilano
que huían o se escondían
al verle venir silbando;
sus ojos eran de negros
como acero empavonado;
su risa como un cencerro;
su boca sin un pecado.

Ahora sobre la mesa
la gente le está velando
y cuatro velas lo lloran
con un lagrimón dorado.
Murió en los cerros azules,
de peña en peña rodando,
y cada peña le abría
un gemido colorado;
y la última la peña
tan dura junto al remanso-
acogió al difunto niño
abierta como un regazo.
Arriba quedóse el perro
hacia el aire verde aullando.

Anoche el niño venía
jinete sobre su asno;
anoche venía el niño
y ahora le están velando.
Ayer el niño corría
detrás del cordero blanco;
Ayer el niño sentía
un latido en su costado
y en toda su sangre viva
las cigarras del verano
cantaban un canto nuevo…
Y ahora le están velando.
Murió en los cerros azules,
de peña en peña rodando…
arriba, quieta, una cabra
quedóse al niño mirando.
Ay, por qué? por qué? por qué
al niño le están velando?

Traed una quena fina
y venid, tocad llorando;
traed una esquila rota
y venid, tocad llorando;
traed violín pequeño
y venid, tocad llorando…


REGRESO  
Por Juana de Ibarbourou

He de tener mis sauces, mis mastines,
mis rosas y jacintos, como antes.
Han de volver mis duendes caminantes
y mi marina flota de  delfines.

Retornarán los claros serafines
mis circos con enanos y elefantes,
mis mañanas de abril alucinantes,
en mi caballo de alisadas crines.

He de beber la vida hasta en la piedra
y en el menguado zumo de la hiedra
y en la sal de la lágrima furtiva,

¡Porque regreso de la muerte y tengo
el terror del vacío de que vengo
y la embriaguez hambrienta de estar viva!


EL ARRIERO 
Por Alcira Mensaque de Zarza

Con el rostro signado y desafiando
la esquirla de los vientos en la altura,
obre el cansancio de la frente oscura
su propio corazón va cabalgando.

Siempre las mismas piedras orillando
entre la esgrima de la penca dura;
siempre el mismo horizonte sin ternura
de lucero, a lucero, repechando.

Ya su alargado canto, es una estela
que sesga el aire de pesadas brumas
mientras la lumbre de la tarde vela…
Y en aquella hermandad de piedra y cielo







DESPUÉS DE LA CENA 
Por Eufemio Muñoz

En la cocina de “El Tague” solamente habían quedado Berle, “peón delantero y de patio”; Charque seco, el capataz, y la Jefa, una perra galga, negra.
-Che. ¿Cómo fue que dijo el patrón? Contame, que la perra es muda.
-Dijo contestó verle- que en todo hombre sin moneda, hay un estoico a la fuerza y un hedonista en potencia.
-Y ése ¿qué idioma es?
 -Inglés, pero parece castellano.
-¿Y por qué lo dijo, che?
-Y… de verdad no lo sé; pero creo que por eso. Usted sabe que al patrón no le gusta la radio.
-¿No le gusta, che? ¡Parece mentira! El, un hombre tan rico; y ella, una osa tan linda…
-Y ahí tiene don… Dice que por una cosa que te gusta tenés que oír quinientas que no te gustan, y que si el mate hacía haraganes, la radio los eleva a no sé qué potencia…
-Tarjá… -comentó Charque Seco-
-Eso pensé yo prosiguió Berle- El viejo las tiene con las potencias, pero razón no le falta… y con la verdad no ofendo ni temo… como las onzas orientales dice él.
-Seguí.
-Bueno, el mayordomo estaba escuchando la radio a eso de las tres y media, que ahora son entre las quince y las dieciséis… y vaya viendo como le metemos… ¡si hasta el tiempo anda más ligero! Estaba oyendo un chamamé: “Taitalo vino del Chaco” . Taitalo es un paisanito que vuelve del algodón, en donde ha habido buenas pagas, y, correntino, viene bien borracho.
-Si, para el trago no hay nación como Corrientes. Seguí.
-Sigo. El patrón oyó cuando decían: “hace bien que se divierta / para eso gana la plata”, Y por eso, comentando, arrimó su frase. Y como tuvo que explicársela al mayordomo, yo ligué algo de su sabiduría.
-Bueno preguntó Charque seco- ¿y quiénes eran los estoicos?
-Dijo que de una gente que vivió antes de Nuestro Señor.
-Que señor, ¿el patrón?
-No don Charque… de Cristo… muy prosista y discutidora, se habían hecho dos partidos, algo así como blancos y colorados…¿comprende?,,, con divisas, si, pero, entones, sin lanzas ni facones… Estos peleaban con la lengua, así como se hace ahora, en las plazas, e las fondas, y hasta en los atrios de las iglesias.
-¡Gente hereje!
-Mucho… los estoicos, dijo el patrón, usaban un letrero en el chambergo: “Sufre y abstente”
-¿El qué?
-Abstente. Son palabras inglesas: el patrón explicó que eso quería decir que en la vida no está de más privarse de muchas cosas y aguantar sin hacer morisquetas.
-Como nosotros opinó don Charque-
-Vido?...¡No, si el hombre rumbea!
-Y los otros ¿qué decían en su partidaria?
-No me acuerdo bien, pero era una cosa así como aquella leyenda que usaron algunos orientales el 97, asigún dicen “aire puro y carne gorda”
-Que es como decir: “Tajo grande y vista al campo”; métale mientras haya, échele arrayán al fuego, y si se ha de empeñar ¡que se funda! añadió el capataz-
-Eso mesmo. Y todo se le ocurrió por lo de: “hace bien que se divierta / para eso gana la plata”
-Qué gente dijo- Se matan burreando para enriquecer al bolichero. No se acuerdan de que tienen hijos; no piensan en  mañana; no le taren una camisa a la china.
-Che, como verdad, es tamañaza. ¿Pero quién corta, ahora, la correntada?
-Eso digo yo también. Es el sino.
Bostezó don Charque: ¿Por qué no apagás el fogón?



2 comentarios:

  1. mi Abuela hermosa Alcira Menzaque de Zarza

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  2. Pablo, quiero hacerte unas preguntas sobre tu abuela poeta, espero poder comunicarme con vos. Susana Lobo

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