que se murió de pesar,
porque no pudo domar
en diez años a su esposa.
Aquí yace una beata
que no habló mal de ninguna...
perdió la lengua en la cuna.
Yace aquí Blas... y se alegra
por no vivir con su suegra.
Agua destila la piedra,
agua está brotando el suelo...
¿Yace aquí algún aguador?
«No señor: un tabernero».
Aquí descansa mi Blasa.
Yo también descanso en casa
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