Los seres de la Creación han venido demostrando que son capaces de resignarse a cualquier cosa menos a la dieta. El caballo se resigna a la jardinera, el perro a la cadena, la mosca al flit, el ratón al gato, el
tipo a su semejante.
Pero a lo único que no se ha resignado nadie todavía, es a la dieta.
El tipo ha tratado, empero, y por todos los medios, que las restantes especies de la escala zoológica se mueran de hambre.
Utiliza espirales humeantes contra los mosquitos, algodones atados en torno al tronco del rosal contra las hormigas, fiambreras contra las moscas. Además inventó la escopeta, la creolina y el mercado negro..
Superándose en esa suerte de inventiva dramática, el tipo trató de exterminar la polillla, reacia como él mismo a la dieta, con un procedimiento al que llamó "alkyalation".
En efecto: el doctor Milton Harris, de la Textile Foundation del National Bureau of Standards (U.S.A.) ideó ese procedimiento -"alkyalation"- destinado a la protección de los tejidos de lana y similar, en algunos de sus aspectos y rendimientos, al de la vulcanización del caucho. El proceso reemplaza débiles conexiones, entre las moléculas de la lana, por recias ligaduras.
Y, entonces, la polilla que se come eso se agarra la peritonitis y muere.
Es como cuando se apelmaza el budín o se pasma la torta pascualina.
Es, asimismo, y en otro sentido, la última obtención del hombre en su lucha contra la polilla.
Luego de "alkyalatar" muchos metros de tejido y, aún, prendas de diversa calidad y formas varias, el doctor Harris y sus colaboradores observaron un suceso realmente extraordinario; las polillas, aleccionadas por la trágica muerte de sus "pioneers", se habían hecho su composición de lugar y, la hora en la que el doctor Harris fue a comprobar los resultados de su descubrimiento, era, también la hora en la que las polillas sobrevivientes se habían puesto a devorar.., los bordes de los tejidos "alkyalotados".
Y advirtió el sabio polillófobo, que las que así comían de la orilla, quedaban además de bien nutridas, en perfecto estado de salud. Sin que nadie le haya dicho nada, pues, la polilla hizo con la ropa lo mismo que el tipo hace con la fainá.
Y con todo.
Que es, por otra parte, la única manera de salvarse.
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