sábado, 29 de junio de 2013

UNA BROMA DE COLÓN


Leyenda o historia, cuéntase que un día en la casa del cardenal Mendoza, allá en la lejana España, estaban sentados a la mesa Cristóbal Colón y algunos hidalgos.
La conversación era animada e interesante.
Unos narraban sus acciones guerreras, otros sus aventuras caballerescas. Así de tema en tema, la conversación recayó, como era natural, sobre el descubrimiento de América.
- Una empresa fácil  -dijo uno de ellos-, como dando poco valor a tan fausto acontecimiento
- La tierra estaba allá lejos, con atravesar el mar...
Los otros rieron, apoyando las palabras pronunciadas por sus amigos.
- Una empresa que cualquiera podría realizar  -dijeron varios-.
El gran navegante nada dijo, ni se mostró ofendido: por el contrario, rió acompañando las ocurrencias de los demás.
Pero luego, tomó un huevo que había sobre la mesa, y Preguntó con delicadeza a su vecino si podría pararlo sobre un plato. Todos celebraron la propuesta.
La tentativa fue inútil, el huevo se tumbaba u corría sobre el plato. Los presentes intentaron realizar la prueba pero fue en vano. El huevo fue pasando de mano en mano, hasta dar la vuelta, sin que ninguno consiguiera el objeto deseado. Colón esperó con toda calma que el huevo volviera a él y, dirigiéndose a los hidalgos dijo:
- Señores, es una empresa muy fácil, cualquiera puede llevarla a cabo. ¿Veis? No hay más que hacer esto...  Y así diciendo, golpeó en el plato la punta del huevo, el cual quedó parado. Los presentes se miraron avergonzados, solamente el cardenal sonrió con cariño al descubridor de América, que era su amigo y protegido.
No sabemos si esta historia es verdadera, el caso es que: “el huevo de Colón” es una frase que se aplica cuando se pretende rebajar el mérito de alguna acción que, requiere talento para realizarla.

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